El consumo de leche sin lactosa ha experimentado un aumento significativo desde 2014, lo que ha supuesto también que la producción a nivel global haya aumentado un 11% mientras que la leche estándar lo ha hecho un 0,3%, según el informe global “Lactose free dairy products” elaborado por Tetra Pak.
La demanda de este tipo de productos viene provocada por la prevalencia de la intolerancia a la lactosa a escala mundial, que ha aumentado año tras año. Así, en Norteamérica y América Latina ha experimentado un aumento de un 10%, en Europa alrededor de un 14%, mientras Oceanía y Oriente Medio lo han hecho un 11% frente al 7,2% de Asia, según los datos de Food Intolerance Network.
El crecimiento de demanda no solo procede de una cuestión de intolerancia alimenticia sino, simplemente porque muchas personas ven este tipo de productos parte de un estilo de vida más saludable.
A ese respecto, el informe de Tetra Pak señala que el gran desafío al que se enfrentan los productores de leche es deshacerse de la lactosa sin que afecte a las características del producto, ya que constituye aproximadamente un tercio de la materia seca de la leche. Por ello, su sabor puede verse afectado.
“Cuando se elimina la lactosa cambia, principalmente, el gusto y la dulzura. Al descomponerla, la leche se vuelve más dulce y al tratarla con calor en el proceso de hidrólisis, el producto puede adquirir una mayor intensidad de sabores cocidos y procesados. Es fundamental, entones, la elección del tipo de tratamiento térmico adecuado”, destaca.
Por su parte, Tetra Pak ha desarrollado una gama de soluciones de envasado y proceso premium ideal para productos sin lactosa “que permiten el mantenimiento de su sabor, composición y funcionalidad nutricional muy cerca de la leche natural, intentando satisfacer la demanda creciente de los consumidores”.