En 2019 las marcas seguirán intentando ganarse la confianza del público mediante microinfluencers. En concreto, dos tercios de las marcas multinacionales, un 65%, están pensando en aumentar su inversión en el marketing con influencers el año que viene.
“Pero, a medida que los influencers ganen peso como plataforma de marketing para las marcas, en lugar de limitarse a hacer de relaciones públicas, habrá que tener cuidado”, destaca Justine Carta Hess, directora asociada de Global Monitor en Kantar Consulting.
Los influencers siguen acumulando seguidores y disfrutan de un floreciente negocio recomendando marcas y productos, desde champús hasta teléfonos. Se han convertido en auténticas celebrities, “pero su credibilidad está en tela de juicio y no siempre han sido totalmente transparentes, lo que ha generado un cierto escepticismo conocido como BIF (Branded Influencer Fatigue). Esto puede hacer peligrar a las marcas que promocionan”, explica Carta.
Por ello, en 2019 las marcas utilizarán a los influencers de manera más inteligente, dedicando una mayor parte de su inversión a los microinfluencers: expertos en un tema nicho dentro de un mundo muy diverso; llegan a menos individuos, pero resultan más creíbles. Un microinfluencer de éxito será aquel capaz de ofrecer contenidos relevantes con un gran diseño y responder a las necesidades de sus seguidores, dándoles entretenimiento o información nueva.
Estos influencers no cambiarán por culpa de las marcas. Dado que los microinfluencers suelen tener un perfil genuino y específico, a las marcas les resultará más fácil asociarse con ellos, y viceversa, señala la directora asociada de Global Monitor en Kantar Consulting, que añade que “los estudios de Brand Lift Insights han revelado la gran efectividad de los microinfluencers cuando resultan relevantes y encajan con los valores de la marca. El rendimiento de los microinfluencers para las marcas podría equipararse al de las redes sociales o los vídeos online”.