A la hora de lograr aumentar las ventas de un comercio no todo es marketing, también influye tener un equipamiento o una iluminación adecuados que capten la atención del cliente y consiga fidelizarlo.
“De ahí que las empresas inviertan cada vez más en estos aspectos”, tal y como asegura Moinsa, empresa experta en logística, mobiliario, iluminación y producto técnico, que destaca que “la primera impresión es lo que cuenta. Un espacio acogedor ayuda a que el consumidor no se vaya con las manos vacías”.
De este modo, la mejor estrategia de la que puede presumir una marca es la satisfacción del cliente, “y para ello tiene que moverse en un entorno cómodo con una esencia envolvente que le consiga conquistar de entrada”.
Por ello, “a día de hoy estamos asistiendo a un renacimiento empresarial por colocar una imagen distinguida que presente su producto de la mejor manera posible. A diferencia de lo que la gente cree, las tiendas físicas no han perdido peso pese al crecimiento del comercio online. Está probado que abrir establecimientos origina un efecto multiplicador que genera tráfico a la web, construye marca, mejora las capacidades logísticas y, sobre todo, mejora la relación y el vínculo con el consumidor final”, destaca la empresa.
En palabras de Juan Carlos Rodríguez Malvar, director comercial y Marketing de Moinsa, “las tiendas tendrán que ser más grandes, más atractivas, inspiradoras, que atraigan emocionalmente al consumidor creando espacios únicos acompañando todo con las nuevas tecnologías”.
Para ello, la iluminación es el arma más económica e influyente que interviene en el subconsciente de las personas que visitan un espacio comercial. Es capaz de modificar el estado de ánimo de los clientes y, por tanto, su comportamiento a la hora de comprar. “Una adecuada iluminación es básica para que no condicione de manera negativa, sino todo lo contrario, y puede suponer, además, un importante ahorro de energía a medio y largo plazo”, concluye Rodríguez Malvar.