Los envases son decisivos a la hora de la compra. De hecho, dos de cada tres consumidores se lanzan a comprar un producto nuevo cuando el envase llama su atención.
Así, un producto cuenta con nada más que seis segundos para hacerse notar en el lineal e incitar a que el consumidor lo incorpore a su cesta de la compra, por lo que un buen diseño es clave para entrar en los hogares. Y no solo entrar, sino también quedarse. De hecho, a un 41% de los consumidores el envase le influye a la hora de repetir la compra de un producto, según la consultora Nielsen.
Si el envase es acertado, puede generar un retorno de inversión 2,5 veces superior a lo invertido en acciones de marketing, comunicación o redes sociales.
De hecho, el envase es en realidad el único elemento de marketing que se “cuela” en las casas y está presente en el 100% de los casos, quedándose con el consumidor hasta que el producto se acaba. Un grado de penetración que no tiene en ningún caso un anuncio publicitario, que llega al 1% de los consumidores y en el salón de su casa, no en el momento de la verdad (ante un lineal). Y eso que incluso el coste de un pase de un anuncio durante 30 segundos es hasta un 10% más caro que el coste de todo el proceso de diseño del packaging.
Por el contrario, un mal diseño puede ejercer una percepción negativa en el consumidor e, incluso, cuando se llevan a cabo rediseños de envases, en el 90% de los casos no se consigue incrementos de ventas significativos, es decir, lograr el impulso perseguido.
Ana Barrio, directora de Innovación de Nielsen, asegura que “hay productos que han llegado a vender millones con un gasto cero en publicidad y la mitad de presencia en tienda que otros productos competidores, gracias precisamente a un diseño atractivo y atinado. Para atinar conviene trabajar en distintas líneas creativas, salir del área de confort y no tener miedo a diseños rompedores o disruptivos e incorporar al propio consumidor al proceso y que transmita sus impresiones. De hecho hay que promover la creatividad en las agencias, evitando que los clientes descarten líneas de actuación más atrevidas perdiendo así oportunidades de oro”.