La ingesta media diaria por habitante de legumbres en España se sitúa en 12 gramos diarios, menos de la mitad de lo recomendado por las principales sociedades científicas, que establecen el nivel de consumo recomendado en 2-4 raciones semanales (25-45 gramos diarios).
Numerosos factores han sido relacionados con la reducción paulatina en el consumo de las legumbres, destacando la falta de tiempo para su cocinado, connotaciones culturales negativas al identificarse con una comida de clases sociales bajas, relacionarse con comidas hipercalóricas por su modo habitual de elaboración (guisadas con derivados cárnicos grasos) o la producción de efectos intestinales indeseables.
Jesús Moreno, miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), asegura que “diversos motivos han reducido la ingesta actual de legumbres a una cuarta parte de lo que suponía hace apenas 50 años, entonces, el consumo medio se mantenía por encima de los 40 gramos diarios”.
“Las legumbres aportan, aproximadamente, unas 200 kilocalorías por plato cocinado, es decir, si se sirviesen solas supondría una décima parte de las necesidades energéticas de referencia para un adulto. Las legumbres apenas contienen grasas, un plato cocinado de legumbres contiene menos grasa que una cucharada de aceite de oliva. Además, su composición es fundamentalmente a expensas de grasas insaturadas, cuyo consumo se ha asociado a múltiples beneficios para la salud”, explica Moreno.