La Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León ha presentado al sector, en la reunión de la Mesa regional de la Patata, el proyecto de decreto por el que se regula el reconocimiento, la extensión de normas y la inscripción en el registro de las Organizaciones Interprofesionales Agroalimentarias de Castilla y León.
Un texto que servirá de base para la creación de la Interprofesional de la Patata, un organismo en el que estarán representados todos los implicados en la cadena de valor -productores, transformadores y comercializadores- y que permitirá defender los intereses comunes del sector. Los integrantes de la Mesa han acordado crear grupos de trabajo para el desarrollo del decreto y los estatutos así como los integrantes de la futura organización interprofesional del sector.
El Gobierno autonómico creó, mediante decreto 7/2010 de 18 de febrero, la 'Mesa Regional de la patata de Castilla y León', el órgano de asesoramiento y consulta en los asuntos relacionados con el sector y en el que están representados todos los agentes implicados en la cadena de valor de este cultivo.
Tal y como establece la Ley Agraria, en su artículo 162.3., para crearse la organización interprofesional de la patata deberá contar con al menos el 51% de las producciones afectadas en todas y en cada una de las ramas profesionales: producción, transformación y comercialización.
Dicha entidad podrá solicitar a la Consejería de Agricultura y Ganadería que las decisiones tomadas por este órgano sean de obligado cumplimiento por todos productores y operadores del sector o producto en la Comunidad. Para ello es necesario -tal y como establecen los artículos 167.2 a y b de la Ley Agraria- que el acuerdo sea respaldado por, al menos, el 50% de cada una de las ramas profesionales implicadas y que la organización interprofesional agroalimentaria represente, como mínimo, el 75% de las producciones afectadas.
Las actuaciones en las que la Organización Interprofesional de la Patata podrían tomar decisiones son la calidad de los productos, así como su normalización, acondicionamiento y envasado; una norma de producción más estricta que la establecida, en su caso, por las normativas comunitarias y nacionales; la mejora del funcionamiento del mercado de productos agrarios con derecho al uso de denominaciones geográficas de calidad u otras figuras de calidad diferenciada de productos agroalimentarios; la mejor protección del medio ambiente; la mejor información y conocimiento sobre las producciones y los mercados; las acciones promocionales que redunden en beneficio del sector o producto correspondiente; las acciones tendentes a promover la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica en los diferentes sectores, y la elaboración de contratos tipo compatibles con la normativa nacional y comunitaria.
Castilla y León, con 21.000 hectáreas destinadas a este cultivo, es líder en la producción de España de patata con el 40 % del total nacional. Se trata de un cultivo muy profesionalizado como lo demuestran los rendimientos en la Comunidad, en torno a las 43 toneladas/hectárea, muy superiores a la media española que alcanza las 30,9 toneladas/hectárea. Además de por la cantidad, la patata de Castilla y León destaca por su calidad ya que este cultivo es procesado por las principales industrias del sector nacional tanto para su consumo en fresco como transformada.
La relevancia de este cultivo ha motivado que este sector se encuentre entre los considerados por el Gobierno autonómico como estratégicos para los próximos años dentro ‘Agrohorizonte 2020’, la estrategia de crecimiento del sector agrario de la Comunidad y que sitúa el futuro del sector en el apoyo a siete sectores estratégicos: vacuno de leche y carne, ovino, ibérico, vino, remolacha, cultivos herbáceos de alto valor añadido y cultivos hortofrutícolas y patata.