Durante el verano de 2013, las ventas de cerveza han registrado un ligero repunte después de cuatro años de crisis. Este incremento se produce gracias al “despegue de la economía española y a la llegada récord de turistas”, asegura Jacobo Olalla Marañón, director general de Cerveceros de España.
Este cambio de tendencia en el consumo de cervezas en España se manifiesta también en los datos manejados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), ya que en el interanual a mayo de 2014 se ha producido un incremento del 0,9%.
Sin embargo, en el total del año 2013, las compañías cerveceras comercializaron un 1% menos de cerveza, hasta los 32,7 millones de hectolitros. Su valor en el mercado supera los 14.600 millones de euros.
Además, también se reduce el consumo per cápita en España. En 2013, fue de 46.3 litros por persona, un 2.6% menos que en 2012, por lo que se mantiene por debajo del promedio de la Unión Europea, situado en 65 litros por persona al año.
Por cuarto año consecutivo, en 2013 las exportaciones aumentaron un 10% con respecto al año anterior, llegando a 1,3 millones de hectolitros comercializados fuera de España. Esta cifra duplica la de hace sólo cuatro años y pone de manifiesto la apuesta por la internacionalización de las compañías cerveceras.
El 90% de la cerveza que se consume en España, se produce aquí, lo que “tiene un impacto evidente en los productos utilizados para su utilización, tales como la cebada o el lúpulo”, asegura Isabel García Tejerina, ministra del Magrama.
La cerveza contribuye a la creación de más de 257.000 puestos de trabajo. De ellos más del 87% se encuentran en bares y restaurantes y 20.900 en los sectores abastecedores, principalmente en la agricultura. Las compañías cerveceras, por su parte, dan lugar a más de 6.000 empleos de forma directa.
“La cerveza aporta a la economía de nuestro país 7.000 millones de euros en concepto de valor añadido”, afirmó Olalla, durante la presentación del informe de Cerveceros de España en 2013.
Esta aportación de la cerveza a la economía a través de sus sinergias con la hostelería y el turismo se vería mermada en caso de modificarse el actual marco fiscal. Si el impuesto especial a la cerveza aumentase un 10%, el consumo de esta bebida sufriría una caída de más de 20 millones de litros, de los cuales 12 se perderían en bares y restaurantes. Otras consecuencias directas serían la desaparición de 1.300 puestos de trabajo, la mayoría en hostelería, un sector que en 2013 empleó a 90.900 personas más; y una reducción superior a los cuatro millones de euros en la recaudación del Estado. Después de una hipotética variación del tipo de IVA del actual 10% al 21%, se destruirían 15.000 puestos de trabajo y se consumirían 163 millones de litros menos de cerveza.