La Asociación de Fabricantes de Aperitivos (AFAP) confirma que los españoles hacen un consumo moderado de este tipo de alimentos, dato avalado por la frecuencia de consumo de alrededor dos veces a la semana, siendo esa ingesta entre 30 gramos y 50 gramos por parte de más del 75% de la población.
Este estudio, realizado por Nielsen entre los meses de abril y mayo del presente año, muestra una frecuencia ligeramente superior en el consumo de aperitivos en hogar, en torno a dos veces por semana frente a 1,5 veces por semana cuando el consumo se produce fuera del hogar.
Este consumo moderado también viene avalado por la cantidad consumida de aperitivos. En este sentido, un 47 % de los consumidores de patatas fritas, un 35 % de consumidores de frutos secos y un 39 % de consumidores de otros productos de aperitivo consume entre 30 y 50 gramos (cantidad equivalente a una bolsa pequeña). Un porcentaje también considerable de consumidores (29%, 56% y 47%, respectivamente) consumen menos de 30 gramos (cantidad equivalente a una bolsa mini).
Agustín Gregori, presidente de AFAP, asegura que “el objetivo que ha llevado a la asociación a impulsar este estudio es conocer en detalle el rol que los aperitivos desempeñan en la actualidad dentro de la alimentación de los españoles como base para orientar adecuadamente las acciones de información y sensibilización al consumidor que viene desarrollando la Asociación en los últimos años”.
El consumo de aperitivos se realiza, mayoritariamente, en casa. Así lo demuestran los porcentajes de consumo de patatas fritas (91 %), frutos secos (87 %) y resto de aperitivos (67 %), frente al consumo fuera del hogar (hostelería o calle), que alcanza respectivamente 64 %, 55 % y 50 %. Cuando se consume fuera de casa, el consumo de aperitivos se realiza sobre todo en hostelería o en la calle y, en menor proporción, en el trabajo.
En cuanto al momento de consumo estrella de los productos de aperitivo, los consumidores prefieren la tarde, con un 70 % de las respuestas. Aquí sí se perciben diferencias considerables con el consumidor anglosajón que concentra el consumo en la comida, en la cena (en ambos casos como acompañamiento) y después de cenar. En este sentido, el consumidor español recurre a patatas fritas, frutos secos y otros, mayoritariamente, como aperitivo o para picar.
El consumidor español toma productos de aperitivo por placer y porque le gusta el sabor (ambos con porcentajes de mención en torno al 60 %).