La tapa con base de fibra de Walki, además de reciclable, protege el contenido de la contaminación y de la luz, es resistente y fácil de colocar y retirar.
La tapa Walki-Lid está compuesta de papel y plásticos que se pueden separar entre sí como parte del proceso normal de reciclaje de papel. La tapa recubierta mediante extrusión es duradera, permite imprimir fácilmente en ella y se puede cortar en diferentes tamaños y formas. Y sobre todo, los consumidores pueden desprender la tapa fácilmente sin desgarrarla y desecharla junto con otros residuos de papel.
“Al principio empezamos a desarrollar una tapa con base de fibra para envases de productos lácteos porque pensamos que sería más resistente que las tapas tradicionales hechas de aluminio”, declara Heikki Lumme, gerente de la Línea de Productos de Embalaje en Walki. “Pero ahora el concepto medioambiental es un aspecto que posee la misma importancia”, añade.
Lumme hace hincapié en que una tapa con base de fibra, de la cual Walki es prácticamente la única empresa fabricante, tiene una fuerza inherente y una resistencia a la perforación que son características muy importantes en determinados segmentos de la industria de productos lácteos.
“Puesto que las tapas tradicionales también eran casi imposibles de desprender en una sola pieza, vimos un mercado claro para las tapas con base de papel, ya que son fuertes y a la vez fáciles de abrir. Estamos totalmente convencidos de que nuestra tapa aumentará la confianza de los consumidores en la calidad del producto que protege, y creemos que dicha confianza mejora la rentabilidad del comercio minorista”.