El año 2010 termina sin una línea clara hacia la recuperación de la confianza en España, a pesar de que los niveles se mantienen a la altura de otros grandes países europeos e incluso son algo superiores a países como Francia o Italia.
Así, la crisis continúa obligando a los consumidores españoles a cambiar los hábitos de consumo, tal y como vienen haciendo ya hace meses, según el estudio Global de los Consumidores Nielsen, que asegura que un 68% de los participantes así lo señala, frente al 32% que lo niega.
El desempleo, la inseguridad de un puesto de trabajo, y la economía siguen predominando entre las principales preocupaciones de los consumidores españoles y europeos, y estos factores influyen en gran manera sobre el consumo. El 13% también señala la educación de los hijos; un 12%, la conciliación entre la vida profesional y familiar; y un 10% la subida de precios de la alimentación.
Hay un gran aumento de la preocupación por el desempleo, que aumenta nueve puntos con respecto al tercer trimestre de 2010. En general aumentan todos los problemas relacionados con los precios y deudas, coincidiendo con todas las medidas de ahorro que están tomando los consumidores en los últimos meses.
Con este relativo pesimismo, disminuye el porcentaje de los que creen que es buen momento para comprar cosas que se necesitan: un 22% dice que es bueno o excelente, ocho puntos menos que a principio del año 2010; y el 73% opina que no es un buen momento o que es malo, cinco puntos más que en el primer trimestre.
La misma tendencia se refleja en los gastos previstos, pues, una vez cubiertas las necesidades básicas para vivir, los españoles siguen opinando que destinarían el dinero sobrante ante todo a ahorrar, citado por el 46% de los internautas españoles.
Disminuye el dinero destinado a vacaciones, hasta el 27% y también al ocio fuera del hogar, que desciende 11 puntos con respecto al trimestre anterior. Es destacable así mismo que ha descendido mucho la intención de compra de ropa, un 23%, nueve puntos menos. Y disminuye la intención de destinar ese dinero a pensiones o bolsa; así como aumenta a un 17% el número de consumidores que señala que no le sobra ningún dinero una vez cubiertas sus necesidades básicas.
Por último cabe destacar que algunas medidas de ahorro que han sido adoptadas por el consumidor español en época de crisis, como son la disminución del consumo en utilidades, se consolidan como tendencias a mantener incluso cuando mejoren las condiciones económicas.