España ha recibido 574 millones de euros, de un total de 5.000 millones, asignados a programas de desarrollo rural tras la última votación de las modificaciones del “chequeo” de la Política Agrícola Común y el Plan de Recuperación.
El Comité de Desarrollo Rural (CDR) ha votado las últimas propuestas de los Estados miembros o las regiones para utilizar el Plan de Recuperación de la UE, la financiación del chequeo de la PAC y otras transferencias dentro de ésta para abordar problemas tales como la crisis económica y del sector lácteo y el cambio climático.
En el período comprendido entre octubre de 2009 y enero de 2010 se modificaron todos los programas de desarrollo rural y se dispone ahora de una financiación suplementaria de aproximadamente 5.000 millones de euros para su inversión en la agricultura, el medio ambiente y la banda ancha en las zonas rurales.
La mayor parte de los fondos, 1.500 millones de euros, se destinará a los ámbitos de la biodiversidad (31,2%) y de la gestión del agua (26,9% o 1.300 millones de euros). La reestructuración del sector lácteo recibirá el 14,5 del presupuesto total (700 millones), las medidas contra el cambio climático sumarán el 14,2% o 700 millones de euros, mientras que el refuerzo de las energías renovables contará con el 5,6% del presupuesto suplementario total (300 millones de euros).
El fomento de la infraestructura de banda ancha sigue siendo un tema político importante en las zonas rurales. Así pues, los Estados miembros han decidido invertir el 35% de los fondos del Plan de Recuperación de la UE en la banda ancha, por un importe que asciende a 360,4 millones del total disponible de 1.000 millones de euros.
Mariann Fischer Boel, comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural, ha comentado que “la actual situación económica y medioambiental exige que se actúe, tanto en el campo como en las ciudades. Hemos actuado con determinación a escala europea de múltiples formas. El chequeo de la PAC y el Plan Europeo de Recuperación Económica han aportado nuevos fondos para ayudar a abordar cuestiones urgentes, tales como la reestructuración del sector lácteo o la lucha contra el cambio climático. Corresponde a los Estados miembros y a las regiones utilizar estos fondos con la debida prudencia”.