La falta de existencias es un contratiempo en la cadena de suministro que puede poner en peligro la relación entre un minorista y sus clientes. Según un estudio sobre la cadena de suministro del sector retail, realizado por Bain & Company en colaboración con la National Retail Federation, este es el episodio que más molesta a los compradores en las tiendas de alimentación. La falta de stock también es una situación de alto riesgo en otros sectores de la distribución, que pueden hacer que el comprador cambie de establecimiento.
“Mejorar la situación de la función de la cadena de suministro es vital porque el entorno actual ha cambiado y con ello las expectativas de los compradores, que son cada vez más elevadas desde que estalló la pandemia. Asegurar el suministro se ha vuelto esencial en un contexto volátil como el actual, marcado por la existencia de riesgos de shocks de oferta y una presión inflacionista de carácter más persistente a lo esperado”, comenta Borja Tramazaygues, socio senior y director global del área de Procurement de Bain & Company.
Y es que, satisfacer estas expectativas puede poner a prueba las cadenas de suministro y la rentabilidad. Como respuesta, algunos minoristas ya están empezando a invertir para superar este reto. En este estudio se preguntó a los directivos de estas empresas qué estrategias estaban aplicando para hacer frente al cambio hacia el comercio electrónico e impulsar su propuesta de valor para el cliente. Se concluyó que el 66% optimizaba el inventario, el 50% desplegaba nuevas estrategias de entrega y el 45% abría microcentros de logística.
Existen diversos contextos en los que las últimas herramientas de modelización de la cadena de suministro pueden crear valor y ayudar a los minoristas satisfacer la demanda de los clientes.
A medida que tratan de satisfacer las necesidades de los clientes, los directivos pueden hacerse una idea más integral de cómo ajustes en la cadena de suministro pueden producir mejores resultados. Los minoristas pueden diseñar el impacto de la estrategia de la cadena de suministro en función de una serie de parámetros más amplios que el coste, como la regularidad en la disponibilidad en los establecimientos, el tamaño de la cesta de la compra, la fidelidad del cliente con la marca (medida por el Net Promoter ScoreSM) y el porcentaje de su gasto que el retailer tiene asegurado.
Un nuevo prisma para la inversión en la cadena de suministro
Cambiar el actual foco en la contención de costes de la cadena de suministro a la inversión estratégica implicará decisiones difíciles al principio, pero estas serán las correctas, y la transparencia adicional que proporciona la inversión en modelos de manejo de cadena de suministro más modernos debería hacerlo gradualmente más fácil, señala Bain & Company.
El estudio sugiere que, de aquí a 2030, los minoristas registrarán un crecimiento modesto de los beneficios del comercio tradicional (actividades minoristas centradas en la venta de bienes adquiridos a proveedores). En cambio, es probable que la mayor parte del crecimiento de los beneficios proceda de actividades que van más allá del comercio, como marketplaces, la publicidad y los servicios financieros. Se prevé que las actividades “más allá del comercio” podrían representar la mitad de los beneficios de los minoristas en 2030 en un mercado occidental típico. Además, algunos operadores de escala todavía no han terminado de rentabilizar todas las ventajas existentes en sus cadenas de suministro del comercio tradicional.