El efectivo sigue siendo el medio de pago más utilizado en el punto de venta, pero su cuota está disminuyendo según el último estudio sobre las actitudes de pago de los consumidores en la zona del euro, publicado por por el Banco Central Europeo (BCE).
En concreto, el efectivo se utilizó para el 59% de las transacciones en puntos de venta en 2022, frente al 72% en 2019. Es el medio de pago más utilizado para pagos de valor reducido en tiendas y para transacciones de persona a persona. Además, la mayoría de consumidores (60%) también considera importante contar con efectivo como opción de pago.
Los consumidores perciben que el efectivo es útil para mantenerse al tanto de sus gastos, proteger su privacidad y permitir que las transacciones se liquiden de inmediato. En general, están satisfechos con su acceso al efectivo, ya que a la gran mayoría de los consumidores les resulta fácil llegar a un cajero automático o a un banco para retirar efectivo en la mayoría de los países.
Al mismo tiempo, la tendencia hacia los medios de pago electrónicos se ha acelerado con la pandemia y la mayoría de los consumidores ahora prefieren usar métodos de pago electrónicos. La proporción de compras en línea como porcentaje de todas las transacciones diarias de la zona del euro ha aumentado significativamente hasta situarse en el 17% en 2022, frente al 6% en 2019.
Para las compras en un punto de venta, la proporción de pagos con tarjeta ha aumentado nueve puntos porcentuales hasta el 34% en 2022, y los pagos sin contacto ahora constituyen la mayoría de los pagos con tarjeta. Las tarjetas se consideran más rápidas y fáciles de usar y reducen la necesidad de llevar grandes cantidades de efectivo. Las tarjetas son el método de pago más utilizado para pagos más grandes y representan ahora una mayor proporción de pagos que el efectivo en términos de valor.
“El BCE se compromete a garantizar que los consumidores sigan siendo libres de elegir cómo pagar, tanto ahora como en el futuro”, ha asegurado Fabio Panetta, miembro de la Junta Ejecutiva, que añade que “estamos viendo la confirmación de una fuerte demanda tanto de efectivo como de pagos digitales. Nuestro compromiso con el efectivo y nuestro trabajo continuo en un euro digital tiene como objetivo garantizar que pagar con dinero público sea siempre una opción”.