La bodega Ostatu rediseña su imagen como un paso más hacia delante en la construcción de la marca y una nueva forma de ver la empresa manteniendo la personalidad de la bodega y la de cada uno de sus vinos.
Es una decisión que refuerza su posicionamiento como bodega familiar dedicada a la elaboración de vinos de calidad. Se trata de un cambio global basado en la proximidad, naturalidad, sencillez y hospitalidad, características de la bodega de Samaniego.
Bajo el eslogan “Ostatu: Editora de vinos” se ponen de manifiesto los puntos fuertes de la bodega donde la exclusividad y la alta calidad de sus vinos se encuentran cara a cara con la cercanía y la proximidad que ofrece su concepto de negocio. Toda una declaración de intenciones que se traduce en la creación de dos familias de vinos: “Sensatos” y “Singulares”.
Los primeros aglutinan los vinos más tradicionales de la marca: Ostatu Tinto, Ostatu Blanco, Ostatu Rosé, Ostatu Crianza (antiguo Mazarredo de Ostatu) y Ostatu Reserva; dejando bajo el sobrenombre de “Singulares” a los vinos con mayor personalidad: Selección de Ostatu, Gloria de Ostatu, Laderas de Ostatu y Lore de Ostatu.
En esta primera fase, el punto de acción se ha centrado en los vinos denominados “Sensatos”. Es en ellos donde se ha producido la renovación de etiquetado y de packaging que puede verse en la utilización de dos tipos de botella: bordelesa, para los vinos con crianza y borgoña para los vinos jóvenes, además de en la unificación de las cajas de embalaje. Una política de actuación que viene a reforzar el compromiso medioambiental que adquirió la marca a principios de año con la publicación de su huella de carbono.
Un nuevo logotipo, nuevo eslogan, nuevas etiquetas y nuevo packaging son las piezas que componen la primera parte del nuevo puzzle de Ostatu. Un puzzle que se completará, más adelante, con una segunda fase: la creación del nuevo etiquetado de los vinos “Singulares”.