Las previsiones iniciales de la FAO para 2012 indican que los precios del té se mantendrán firmes, cuya media en 2011 se situó en 2,85 dólares el kilogramos.
Los precios elevados reflejan el hecho de que la demanda del té negro, que supone la mayor parte de la producción mundial, ha sobrepasado la oferta ya desde 2009. Estos precios conllevaron un incremento estimado del 2,2% en los ingresos por exportación de los países productores en 2011, que beneficiaron especialmente a los ingresos rurales y la seguridad alimentaria de las familias.
El total del consumo mundial de té se incrementó un 5,6% en 2010 -último año del que existen cifras disponibles- hasta los cuatro millones de toneladas, apuntalado por el rápido incremento de los niveles de renta per cápita, en particular en China, India y otras economías emergentes.
Mientras tanto, la producción mundial de té se incrementó el 4,2%, para llegar a 4,1 millones de toneladas en 2010. La producción de té negro aumentó un 5,5% en respuesta a los precios récord, mientras que la producción de té verde experimentó una subida de tan solo un 1,9%. China continua siendo el mayor país productor del mundo, con una producción de 1,4 millones de toneladas, un 33% del total mundial.