Según La Unió de Llauradors, la deuda de la Generalitat valenciana con los agricultores y ganaderos de esa Comunidad supera ya la cantidad de 22 millones de euros en concepto de ayudas pendientes con el sector desde el año 2010 hasta la fecha.
Ramón Mampel, secretario general de La Unió, afirma en este sentido que “en los últimos días se habla de un plan de pago de la Generalitat a determinados sectores, a los proveedores, pero desconocemos cuándo nos corresponderá recibir a nosotros las cantidades pendientes que se nos debe legítimamente. Seguimos siendo como siempre los últimos de la fila cuando somos un sector estratégico para la sociedad”.
La Unió también señala que la Conselleria de Agricultura presenta presupuestos año tras año inferiores. En el año 2001 el presupuesto representaba el 4,77% del global de la Generalitat. A partir de ese año ha ido disminuyendo hasta llegar al 2,27% en los presupuestos de 2012, evidenciando una reducción de la importancia agraria para el Consell del 55,41% en los últimos doce años. En consecuencia existen menos recursos para hacer todas las políticas agrarias que hay transferidas y de las que, según el Estatuto de Autonomía, tenemos todas las competencias. Un ejemplo de estos recortes es que este año no están cerradas las ayudas para la mejora de las explotaciones (Planes de Mejora y Plan Renove de maquinaria agrícola), que son básicas para mejorar la competitividad.
Por otra parte, los recortes generalizados en materia educativa y sanitaria afectan, más si cabe, al mundo rural y a los pueblos. El cierre de colegios en núcleos rurales, la falta de calefacción en otros o los grandes desplazamientos que deben hacer algunos alumnos para asistir a clase son un claro inconveniente para los habitantes del territorio rural. La educación y la sanidad en los pueblos del mundo rural deben tener más inversiones.