Bodegas Protos ha desarrollado un complejo proyecto a través del cual ha caracterizado todas sus barricas. Este proyecto ha dado a conocer que entre su parque se utilizan hasta 46 tipos distintos de barricas por año, desde las habituales de roble francés y americano hasta otras más diversas procedentes de Rumanía y Hungría.
Es bien conocido que unas uvas de gran potencial aromático y gustativo son una condición necesaria, aunque no suficiente, para lograr un gran vino. éste es también el resultado de una compleja cadena de calidad entre la viña y la botella, compuesta por una serie de pasos que empiezan antes de la plantación del viñedo y terminan con el consumo.
“Esto nos lleva a la necesidad de conocer detalladamente cuáles son las repercusiones de las barricas sobre el vino, llegando a caracterizarlas a través de catas y análisis”, aseguran fuentes de la bodega.
Se han considerado barricas procedentes de diferentes bosques, en cuyo interior se han variado características como el nivel o el modo de tostado, llegando incluso al detalle del modo de elaboración de la barrica.
Se ha conseguido así, tras tres años de rigurosos estudios, un profundo conocimiento acerca del efecto de la barrica sobre el vino, y la incidencia de cada uno de los factores implicados en su elaboración en este envejecimiento.