Continúa la tónica descendente de las ganaderías de leche en León. El número de explotaciones lecheras en la provincia se situaba a finales del pasado año 2011 en 981, según los datos manejados por ASAJA de usuarios del Laboratorio Interprofesional Lácteo de Castilla y León.
De ellas, 520 son de vacuno, 415 de ovino y 46 de caprino. Se trata de un subsector de trascendental importancia en la economía agraria leonesa que inició su etapa de expansión en la provincia en la década de los años sesenta y no paró de crecer hasta las primeras crisis y reestructuraciones coincidiendo con la integración en la Comunidad Económica Europea en 1986.
Coincidiendo con la fecha de integración en Europa, tan solo en el sector de la leche de vacuno había en León 15.500 explotaciones con una producción declarada de 295.000 toneladas de leche al año. La ganadería de leche ha sido en León, sin ninguna duda, el principal motor económico del sector agropecuario y de la vida rural en los últimos cincuenta años. Hoy, el prototipo de una ganadería de leche de vacuno leonesa, es aquella que vende 1.000 litros diarios y tiene cien vacas entre las que están en lactación y las destinadas a reposición.
La reducción en el número de explotaciones, en estos momentos en los que la reestructuración lleva ya algunos años hecha, se debe exclusivamente a la caída de la rentabilidad después de tres años de malos precios de venta del producto y altos costes de producción. Y si históricamente la caída de explotaciones lecheras en la provincia se compensaba parcialmente con un redimensionamiento de las que se mantenían, en los últimos años se ha constatado un estancamiento de las ganaderías en cuanto al número de vacas de ordeño, y todos los esfuerzos se han dirigido a ser más eficientes en la producción -producir más leche por vaca con menos costes- pero no a ganar tamaño.
En opinión de ASAJA, las explotaciones lecheras de la provincia no están creciendo en tamaño por tres motivos: escasa rentabilidad o producción a pérdidas, incertidumbre en el futuro de la política agraria y dificultades financieras para acometer nuevas inversiones.