El millar de directivos de gran consumo que se reúnen estos días en el Congreso Aecoc 2011 ofrecen una visión de los nuevos modelos de distribución, los cuales están marcados profundamente por el impacto de la revolución tecnológica.
Así, Nacho Somalo, presidente para el mercado europeo de Alice.com, ha asegurado que el sector debe adaptarse a la nueva era digital. “El principal reto para el gran consumo continúa siendo llegar al consumidor, algo en lo que el e-commerce es una alternativa al modelo tradicional con mucho recorrido”, explica Somalo.
Sin embargo, el directivo de Alice.com precisa que no son una “amenaza para los distribuidores a corto plazo”, sino un complemento a la distribución tradicional, porque “los consumidores son cada vez más multicanales”.
Por su parte, el presidente de Poundland, Colin Smith, compartió con los asistentes las claves de éxito de su modelo de negocio, basado en la venta a bajo coste –una libra la unidad- sobre todo de productos del hogar. En este sentido, explicó que su estrategia gira en torno al cliente en todas sus vertientes y en mantener una buena relación –basada en la confianza y la credibilidad- con clientes y proveedores.
Smith destacó la importancia de la comunicación y el compromiso con los valores de la compañía, puesto que no invierten en publicidad, sino que “dependen” de las buenas recomendaciones que sus clientes realicen de su experiencia en Poundland.
Para Luis Osuna, presidente y CEO de Covirán, el modelo idóneo es el cooperativo, puesto que el “localismo del detallismo independiente no tendrá garantizada la continuidad”.
Las claves de Covirán son, en palabras de Osuna, “la profesionalización de la empresa, la modernización e innovación en el punto de venta y el refuerzo de la marca”.
El Congreso AECOC 2011 ha contado también con la participación de Peter Hinssen, gurú internacional, que asegura que el mobile commerce supone el principal “campo de batalla” para la distribución.
Existen grandes diferencias culturales y generacionales en la percepción de la realidad a nivel mundial y las empresas deberán adaptarse a este nuevo mundo focalizándose no tanto en las nuevas tecnologías sino en un cambio de actitud frente a ellas. Las empresas tendrán que asumir riesgos en un mundo en el que incluso el correo electrónico ya se está quedando obsoleto frente a la irrupción de chats, blogs y redes sociales. Un nuevo mundo que llegará con fuerza a las compañías de la mano de los empleados más jóvenes, que ya son nativos digitales.