Responsables de organismos de las Naciones Unidas y destacadas personalidades internacionales celebraron juntos el Día Mundial de la Alimentación, centrado este año en los recientes altibajos de los precios de los alimentos, que amenazan con condenar al hambre a millones de personas.
«Precios de los alimentos: de la crisis a la estabilidad» fue elegido como el tema del Día Mundial de la Alimentación 2011, tras cinco años consecutivos de inestabilidad y tendencia al alza de los precios alimentarios, que en la actualidad se acercan a niveles récord.
Conmemorando la fundación de la FAO en 1945, el Día Mundial de la Alimentación se celebra en al menos 150 países en todo el mundo. La jornada de este año incluyó además el 60 aniversario del traslado de la Organización a Roma desde su sede inicial en Washington.
En un mensaje con motivo de la ceremonia que tuvo lugar hoy en la sede de la FAO, el papa Benedicto XVI señaló que la lucha contra el hambre requiere tanto soluciones inmediatas como iniciativas a largo plazo.
En una clara referencia a la crisis en el Cuerno de áfrica, con la situación de hambruna declarada en el sur de Somalia, el Papa aseguró que «frente a la muerte de comunidades enteras debido al hambre y al abandono forzoso de sus tierras de origen, es esencial aportar ayuda de forma inmediata, pero también es necesario intervenir a medio y largo plazo, de forma que la actuación internacional no solo responda a las emergencias».
Al inaugurar la ceremonia, el director general de la FAO, Jacques Diouf, aseguró que se requieren anualmente más de 80.000 millones de dólares de inversiones adicionales en agricultura y actividades asociadas para garantizar el suministro mundial de alimentos en 2050. Invertir más es la clave para mitigar las fluctuaciones de los precios alimentarios y crear capacidad de resistencia en las poblaciones y los países pobres.