La presente vendimia en La Mancha está marcada por la alta calidad de las uvas recolectadas, que afortunadamente no se han visto afectadas por el oídio o la podredumbre, que podrían haberse manifestado en caso de aparecer las lluvias en las pasadas tres semanas.
Además, el año se ha visto marcado por un rápido inicio de la vendimia – algunas bodegas abrieron el 9 de agosto -, que no se ha debido tanto a una maduración rápida provocada por un verano muy caluroso, como algunas veces ha sucedido en esta región, sino que el adelanto venía marcado por una brotación muy temprana, pero las fases de envero y maduración han sido muy adecuadas. Además, las plantas no han sufrido estrés hídrico, puesto que el volumen de lluvias ha sido el adecuado a lo largo de todo el año. Esto ha permitido que se dé un equilibrio idóneo entre acidez y grado de dulzor, algo más elevado este último que en campañas anteriores.
Todo ello ha sido muy bien valorado por los enólogos y nos hace augurar que los vinos de la campaña 2011 tendrán una intensidad aromática más que notable y una buena estructura en boca, consiguiéndose unos vinos jóvenes muy expresivos y de gran calidad, si bien, debido a su gran potencial, en el caso de los tintos muchos de estos caldos se reservarán para la elaboración de excelentes crianzas y reservas, que saldrán al mercado dentro de tres o cuatro años.
En cuanto a la cantidad, se podría hablar de una reducción de entorno al 15% en términos generales, pero con diferencias muy marcadas según las distintas comarcas, ya que, por ejemplo, en Ciudad Real la incidencia del mildiu ha sido muy importante y el descenso de cosecha podría oscilar entre el 20 y el 30 %. No obstante, es muy importante insistir en que el mildiu no daña la calidad del racimo y consecuentemente tampoco del vino que se obtenga después, sino que únicamente reduce sensiblemente la cantidad de producción de la planta.