A los consumidores se les cobra desde hace 6 años por un servicio de reciclado que se lleva a cabo de forma muy deficiente, según denuncia un estudio de la revista “Compra Maestra”, de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre la gestión de residuos eléctricos y electrónicos.
Para comprobar si el reciclaje de electrodomésticos y aparatos electrónicos se está haciendo como es debido, la OCU instaló diferentes localizadores GPS con transmisión móvil en varios electrodomésticos usados (televisores, lavadoras, frigoríficos y ordenadores) en distintas partes del país y procedió a deshacerse de ellos siguiendo las distintas formas previstas para su reciclaje: entrega en punto limpio, retirada a domicilio y entrega en tienda.
Durante 3 meses, a través de los localizadores, se hizo un seguimiento de los mismos comprobando que la gran mayoría no cumplieron el itinerario lógico del sistema, sino que fueron despedazados en el punto limpio o abandonados en descampados, chatarrerías, etc.
Este inadecuado tratamiento de los residuos tiene un fuerte impacto ambiental por el potencial peligro que suponen algunos de los componentes y materiales de este tipo de equipos. Por ejemplo, es importante que los frigoríficos se descontaminen antes de reciclarse para retirar los gases refrigerantes que contienen, que se limpie el aceite mineral de los condensadores de las lavadoras (puede contener bifelinos policlorados, PCBs), o se tenga cuidado con ciertas partes de los antiguos televisores por su alta cantidad de minerales pesados (plomo). A día de hoy, esto no se hace con la mayor parte de los residuos que entregamos.
En el precio de todos los productos que se compran hay una cantidad destinada a financiar su reciclaje para el día en que se conviertan en residuos. Este importe lo pagan los consumidores en la misma tienda y lo reciben fabricantes y distribuidores. Estos últimos deben pagar al Sistema Integrado de Gestión al que están adheridos, pero lo hacen solo por cada producto reciclado, lo que significa que si los residuos no entran en plantas autorizadas el dinero se queda para siempre en manos del productor.
En el estudio de la OCU, el 60% de los residuos no ha llegado a plantas de reciclado autorizadas, es decir, que los fabricantes y distribuidores se estarían quedando con más de la mitad del dinero que se ha pagado para el reciclado de esos 15 residuos.