Cada europeo tira al año cerca de 180 kilogramos de restos de alimentos, ya sean crudos o cocinados, sin contar con los descartes de pescado y demás desechos agrícolas. De este modo, en total, en Europa se acumulan casi 100 millones de toneladas de desechos, según la Comisión Europea.
Para 2020, las previsiones indican que estas cifras aumentarán en un 40% hasta las 126 millones de toneladas anuales. De este modo, el organismo europeo indica que hay que “reducir estos desechos porque ello también revertiría en un aumento de la seguridad alimentaria”.
Los desechos alimentarios constituyen un problema, además de un desperdicio de recursos por lo que desde la CE se busca implicar a todos los actores de la cadena alimentaria para atajar el problema de los desechos alimentarios.
Actualmente, se está estudiando cómo minimizar los desechos alimentarios, incluido a través de empaquetados de productos óptimos que, según el organismo, contribuirían a ayudar a los consumidores a medir mejor los productos que compran en términos cuantitativos.
Los hogares son responsables del 42% del total de desechos de alimentos, los productores del 39%, los distribuidores del 5% y los servicios de catering del 14% restantes, según los resultados del estudio de Bio Intelligence Service publicado en octubre de 2010 y financiado por la UE.