El fabricante mundial de envases de vidrio O-I ha dado a conocer su más reciente inversión en tecnología de fabricación más ecológica en la planta de San Polo, que se encuentra cerca de los viñedos de Veneto en Italia. Inaugurado el pasado lunes, el nuevo horno se suma a la sostenibilidad inherente de los envases de vidrio.
Se trata de la segunda inversión de gran índole realizada en Europa en 2011, precedida por la inversión de 24.000 euros en la planta de Barcelona, inaugurada el pasado mes de febrero.
La nueva inversión en Italia impulsará los objetivos de sostenibilidad de O-I: reducir el consumo de energía, reducir las emisiones de CO2 y aumentar la eficiencia. Esta inversión va precedida por dos otros proyectos de O-I, destinados a lograr beneficios ambientales: el nuevo horno en la planta de Barcelona y la introducción de paneles solares fotovoltaicos en la planta de Béziers (Francia).
La inversión en la planta de San Polo asciende a 15 millones de euros y fueron nueve meses de trabajo desde la planificación hasta la reanudación de la producción. El nuevo horno, llamado Centauro, se ha instalado con un nuevo sistema que combina la tecnología de regeneración con la tecnología de recuperación.
«Centauro es el primer horno de este tipo en el mundo y estamos orgullosos de que Italia haya contribuido a la definición de nuevos estándares de calidad en materia de sostenibilidad y eficiencia», dice Alessandro Gardenal, gerente de la planta de San Polo.
Especializada en vidrio verde y botellas de vidrio UVAG (UV-resistente) para el mercado del vino y del vino espumoso, San Polo es desde hace tiempo una planta moderna y sostenible. Hace tiempo que introdujo un filtro para reducir las emisiones, y que utiliza alrededor del 85% de cullet (vidrio reciclado) en su producción de vidrio nuevo. Sin embargo, O-I quería reducir aún más el impacto ambiental de la planta, en línea con su programa ambicioso de sostenibilidad. Gardenal explica: «San Polo se ha convertido en la primera planta en Italia totalmente renovada y equipada con un horno de última generación que permite una reducción drástica del consumo de energía y la consiguiente reducción de CO2. La nueva tecnología también permite una reducción drástica del consumo de agua, que supone más de 30 millones de litros al año.