Gracias a la calidad y originalidad de sus propuestas, la firma gaditana Pancracio se ha convertido en un referente en el segmento ‘gourmet’, comercializando sus productos ‘delicatessen’ de cacao en los más exigentes mercados internacionales.
Así, la pyme andaluza -adscrita al programa ‘PIPE’ (‘Plan de Iniciación a la Promoción Exterior’ del Instituto Español de Comercio Exterior, ICEX)- ha comenzado recientemente a vender sus artículos en los exclusivos almacenes Bergdorf Goodman de la Quinta Avenida de Nueva York, un enclave de singular relevancia que se une a otras plazas donde ya estaba presente, como Reino Unido (en la cadena Selfridges) o Portugal (en las localidades de Lisboa, Oporto, Braga, Sesimbra y Matosinhos).
El nivel de ventas en el exterior alcanza el 22%. El año 2010, Pancracio cerró el ejercicio con un crecimiento de las exportaciones del 13%.
El gusto por la calidad y la búsqueda de exclusividad constituyen las señas de identidad de Pancracio, una firma chocolatera afincada en Cádiz que en los últimos años continúa forjándose un papel protagonista en el mercado internacional de productos delicatessen derivados del cacao.
Consciente de la tradición chocolatera que existe fuera de nuestras fronteras y el potencial que ésta representa -el chocolate, uno de los placeres gastronómicos por excelencia, vive inmune a la crisis-, Pancracio ha lanzado un envite por la comercialización de artículos Premium en algunos de los más importantes enclaves mundiales del segmento gourmet.
La idea de una marca sustentada en una gama de productos de chocolate de lujo a partir de ingredientes de calidad, una cuidada elaboración y una notable presentación artística, comenzó a germinar en la década de los noventa, precisamente, en la ‘Gran Manzana’.
Tras su formación en varias escuelas de cocina –entre ellas, el Culinary Arts Institute de la Universidad de Nueva York y la pasticceria Bruno Bakery del Greenwich Village neoyorquino; o el centro londinense Le Cordon Bleu-, Pedro álvarez, fundador de Pancracio, empezó a tomar conciencia de su proyecto más ambicioso hasta la fecha.
Así, tras varios años de gestación, en 2003 álvarez confeccionó un pequeño muestrario de sus mejores recetas elaboradas con chocolate “para regalar a familiares y amigos”, una iniciativa que tuvo una magnífica acogida. A partir de este momento, Pancracio comienza a forjarse una exitosa carrera que le ha llevado a distribuir sus productos –con un portfolio integrado por cerca de 80 referencias, bajo el denominador común de calidad prime y un esmerado diseño- en exclusivos establecimientos lifestyle y algunos de los puntos de comercialización de artículos delicatessen más importantes del mundo, amén de su plataforma online.
“Nuestra salida al exterior ha surgido de una manera natural y progresiva, sin forzar en exceso la maquinaria”, reconoce álvarez, asumiendo que “se trata de una actividad muy seleccionada y cuidada”.