La imagen del albariño Mar de Frades evoluciona en la presentación de la nueva añada 2010. Se trata de un look más vanguardista e innovador en su apariencia, pero manteniendo los elementos diferenciadores y tan característicos de la bodega gallega, como son su color azul y la etiqueta termocrómica.
La actual imagen de la marca responde “a los nuevos tiempos y a los gustos y necesidades del consumidor de hoy en día”, según fuentes del grupo. Así, el logotipo transmite ahora un mensaje más actual, sin olvidar sus raíces gallegas. Las olas respiran un aire más celta, mientras que la gaviota evoluciona hacia líneas más estilizadas.
En cuanto a la botella, ha rebajado ligeramente su altura para adaptarse mejor a los frigoríficos y estanterías, y la forma del volumen es más original al trazar una línea curva que la acerca a las botellas tipo borgoña, sin perder su aspecto de botella rhin. El gollete es de un diámetro sensiblemente mayor que el cuello, rematando elegantemente la botella.
Lo que sin duda no cambia, es la figura del barquito azul, ya emblema de la casa, que continúa siendo el elemento termocrómico que se dibuja sobre las olas cuando la botella está a la temperatura adecuada para servir.
Además, estas novedades también se han trasladado al resto de la familia Mar de Frades. De este modo, el cambios de diseño llega a los orujos que se adaptan a la imagen característica de la casa.
La botella pasa ahora a tener un volumen cilíndrico con hombros rectos, rematado con un tapón de rosca tipo guala de color azul perlado con las olas características del nuevo logo impresas en plata.
Además, presenta los mismos grabados que la botella de vino, con la sucesión de olas en la base y la gaviota en la parte superior. En cuanto al tratamiento de color en la botella, presenta una imagen de última tendencia, con el color azul corporativo en la base. El resultado es una botella moderna, que se acerca a las presentaciones de los espirituosos Premium de última generación.