A partir de ahora será mucho más difícil seguir faenando impunemente de forma ilegal gracias al nuevo régimen creado por la UE para controlar las actividades pesqueras, que ya se aplica plenamente.
Con la adopción de normas de desarrollo sobre la manera de practicar controles en toda la cadena comercial «del mar a la mesa», la UE dispone por fin de medios adecuados para romper con el pasado y establecer un auténtico marco que garantiza el cumplimiento de la normativa y tiene como objetivo acabar con la sobrepesca y contribuir a un sector pesquero europeo realmente sostenible.
Este nuevo régimen asegura la trazabilidad en toda la cadena, desde la captura del pescado hasta que el consumidor lo adquiere. Las autoridades de los Estados miembros pueden detectar irregularidades en cualquier punto de la cadena comercial y tirar del hilo hasta identificar a quienes las han cometido. Las inspecciones se realizarán del mismo modo en toda Europa. Los datos se recopilarán y comprobarán por vía electrónica. Cuando el producto llegue a los establecimientos comerciales, el consumidor podrá tener la certeza de que se ha pescado con todas las de la ley. Quienes infrinjan la normativa se enfrentarán a severas sanciones, estén donde estén y sea cual sea su nacionalidad. En caso de reincidencia, pueden acabar perdiendo su licencia merced a un nuevo sistema de puntos.
Según Maria Damanaki, comisaria de Asuntos Marítimos y Pesca, «Si no somos capaces de hacer cumplir nuestra propia normativa, la credibilidad de toda la Política Pesquera Común se ve menoscabada, independientemente de todas las virtudes que la caracterizan. De ahora en adelante contaremos con un régimen de control y ejecución global que espero propicie un mayor cumplimiento de la normativa pesquera de la UE. Ya no podemos permitir que una minoría de pescadores, por muy exigua que sea, eluda las normas y no reciba el correspondiente castigo. Aparte de no ser equitativa, esta pesca ilegal mina el esfuerzo de conservación, trastorna los mercados falseando la competencia, penaliza a los pescadores que sí cumplen las normas, rompe el círculo de cumplimiento y, lo que es más grave, destruye las poblaciones de peces».
Era preciso adoptar normas de desarrollo para poder aplicar plenamente el Reglamento de control de 2010. Las nuevas normas:
– hacen posible un control «del mar a la mesa» que abarca todas las fases de la cadena de abastecimiento; el sistema de trazabilidad permite a los inspectores detectar infracciones en cualquier punto de la cadena;
– establecen mecanismos concretos para garantizar la igualdad de condiciones entre pescadores, otros operadores y Estados miembros; se han armonizado las sanciones y se ha instaurado un nuevo sistema de puntos gracias al cual las infracciones graves acarrearán consecuencias similares en todos los Estados miembros;
– contribuirán a una mayor simplificación por cuanto todas las normas aplicables en materia de control de las actividades pesqueras en la UE, que hasta ahora se hallaban dispersas en numerosos y distintos instrumentos, se recogen en un solo texto;
– generalizan la utilización de nuevas tecnologías, que, por una parte, reducen los costes administrativos de operadores y autoridades y, por otra, facilitan considerablemente el control de los datos, lo que redunda en una mayor eficiencia.
Asimismo, el nuevo reglamento expone pormenorizadamente los mecanismos a los que puede recurrir la Comisión para cerciorarse de que los Estados miembros cumplen la normativa: mayores competencias de verificación, inspecciones y auditorías independientes, investigaciones administrativas, suspensión o retirada de fondos de la UE y reducción de cuotas y del esfuerzo pesquero en caso de que el régimen de control de un Estado miembro carezca de eficacia.
A fin de facilitar la aplicación de las normas, la Comisión concede ayuda financiera a los Estados miembros cofinanciando algunos tipos de proyectos, especialmente aquellos centrados en las nuevas tecnologías.