Bon Selec, creada por Jesús García en 1993 y con presencia, hoy por hoy, en destacadas tiendas, son una referencia para aquellos que buscan disfrutar de las mejores materias primas del mercado, como las setas y trufas de Laumont.
Aunque la andadura de esta eficaz empresa comenzó hace 18 años, su historia se remonta a la década de los setenta, cuando Jesús García, alma máter de la distribuidora, descubrió la clave del éxito: calidad, innovación y un servicio insuperable. Equipada con avanzadas instalaciones, nació y se consolidó a través de la comercialización de foie-gras (de hecho, es la primera distribuidora del país). Después se incorporaron la caza, las aves, los quesos, los aceites…
Con la llegada de la primavera y traídas desde Castilla y León, Boletus Edulis, Senderuela y Colmenilla, entre otras, se convierten en las protagonistas de la temporada. Muy apreciadas por las infinitas posibilidades culinarias que brindan, no podían faltar en el catálogo de Bon Selec, ni tampoco otras como la Trompeta Amarilla y la Trompeta de los muertos. Todas ellas se venden frescas, congeladas, y en determinados casos en conserva, formatos idóneos para cualquier elaboración.
Lo mismo sucede con la «emperatriz subterránea», que se comercializa fresca en temporada, congelada o en conserva. Considerada como un auténtico manjar, la trufa es uno de los ingredientes más exquisitos del mundo. Su aroma intenso y profundo despierta el lado sugerente de pastas, carnes, huevos… y es un verdadero privilegio saborearlas. Recolectadas de forma manual y siguiendo los métodos tradicionales, están disponibles en cuatro variedades: Magnatum, Melanosporum, Aestivium e Indicum.