Felix Solís, presidente de la Federación Española del Vino (FEV), organización patronal que agrupa a más del 75% de las bodegas españolas, señaló ayer que España es un país en el que la empresa familiar domina el mundo del vino, frente al modelo anglosajón de grandes corporaciones.
Solís hizo esta afirmación en el curso de un debate sobre «Integración o atomización empresarial ¿Cuál es el modelo?», que se ha celebrado en el curso de Enofusión, punto de encuentro del vino de calidad que se celebra de forma paralela a Madrid Fusión, en la capital de España y en el que también han intervenido los periodistas Andrés Proensa, director de Planeta Vino, y José Luis Murcia, especializado en vino y agroalimentación.
El empresario vitivinícola señaló que los grupos familiares, entre los que citó a Freixenet, Codorniu, García Carrión o Miguel Torres, además de él mismo, tienen una rápida capacidad de respuesta a los problemas en cualquier parte del mundo del que carecen los grandes grupos empresariales.
A su juicio, el modelo español donde los diez primeros grupos copan el 75% de la facturación, conviven perfectamente con las bodegas más pequeñas, aunque indicó que no basta con ser torero, cantante o empresario de moda en otro sector para hacer buen vino y venderlo caro.
Solís se mostró favorable a una unión empresarial que permita salir al mercado exterior con la marca España y a defender, «en los tribunales internacionales si es necesario», una unidad de marca en cualquiera de las denominaciones de origen españolas.