El Comité Intergubernamental de la UNESCO reunido en Nairobi, acordó ayer inscribir la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Esta candidatura transnacional ha sido elaborada y presentada conjuntamente por España, Grecia, Italia y Marruecos, y coordinada técnicamente por la Fundación Dieta Mediterránea.
En España este proyecto, liderado por los Ministerios de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y Cultura, ha contado con el apoyo del Departament d’Agricultura, Alimentació i Acció Rural y del Ayuntamiento de Barcelona así como de otras instituciones y ayuntamientos de toda España y del conjunto de la sociedad civil, a través de miles de adhesiones personales y centenares de asociaciones de todo tipo.
La Dieta Mediterránea es una práctica social, basada en el conjunto de habilidades, conocimientos y tradiciones que van desde el paisaje a la mesa que compartimos todos los mediterráneos y que ha sido transmitida de generación en generación desde tiempos inmemoriales.
Es un estilo de vida singular cuya denominación deriva de la palabra del griego antiguo “diaita”, forma de vida y de mediterráneo por ser propio de los pueblos que habitan en las tierras que rodean este mar y que influye en actividades como la cosecha, recolección, pesca, conservación, transformación, preparación, cocina, y especialmente en la alimentación.
Esta forma de vivir, determinada por el clima y el espacio mediterráneos, se manifiesta a través de fiestas y celebraciones que propician gestos de reconocimiento mutuo, hospitalidad, buena vecindad, amistad, transmisión intergeneracional y el dialogo intercultural. Este sentimiento de comunidad, de identidad común, permite a los pueblos mediterráneos reconocer a este elemento como una parte esencial de su patrimonio cultural inmaterial compartido.