Los datos sobre la evolución de la cosecha citrícola en la Comunitat Valenciana durante los últimos catorce años revelan que el nivel productivo de la campaña que ahora arranca (3.514.162 toneladas) se encuentra ligeramente por debajo de la media del citado período (3.550.675 toneladas) y que, por eso mismo, se trata de una cantidad perfectamente asumible por los mercados a precios cuanto menos razonables para los agricultores.
La producción prevista para la presente temporada dista mucho de los elevados tonelajes, próximos a los cuatro millones de toneladas, registrados en campañas como las de 2004/05 o 2006/07 que se saldaron con cotizaciones ruinosas para los productores debido, en gran medida, al exceso de cosecha.
Este año, por el contrario, la producción se ajusta a la capacidad del mercado y apenas rebasa las cifras del curso pasado, el cual se caracterizó por unos precios que proporcionaron cierto respiro a los citricultores tras varias campañas desastrosas. La situación productiva entre esta campaña y la anterior no difiere de forma sustancial y, en consecuencia, no existen causas objetivas de ninguna clase que justifiquen un descenso de los precios en el campo.
Sin embargo, y en contra de lo que dicta la buena lógica comercial, empieza a detectarse una tendencia preocupante por parte de ciertos comercios de imponer en esta fase inicial de la temporada las llamadas compras “a resultas” (sin precio previo pactado), una práctica abusiva que deja a los agricultores en una situación de desventaja inaceptable.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, denuncia, además, que “son precisamente algunos de los comercios más significados e importantes y, por tanto, los que marcan tendencia, quienes están ejerciendo presiones para adquirir fruta sin acordar ningún precio con los agricultores y la experiencia acumulada nos dice que cuando eso ocurre la consecuencia inevitable es el desastre para los productores”.