El presupuesto asignado por la Comisión Europea a las personas más necesitadas asciende a 500 millones de euros y coincide con el de los planes de 2009 y 2010. El año que viene, 20 Estados miembros recurrirán a este plan ya que Chequia participará por primera vez.
Tras su creación en un principio para proporcionar excedentes de la producción agrícola a las personas necesitadas, el sistema se modificó a mediados de los años 90 de manera que se pudieran complementar las existencias de intervención con compras en el mercado en determinadas circunstancias. Sin embargo, las existencias de intervención disponibles (cereales, leche en polvo y cantidades limitadas de mantequilla) han podido cubrir este año casi todas las necesidades del plan de 2011, por lo que solo ha hecho falta recurrir de forma limitada a las compras en el mercado.
Dacian Ciolos, comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, ha declarado que “el plan de ayuda alimentaria a las personas más necesitadas es un signo más de que la Política Agrícola Común no sirve solo a los agricultores, sino a todos los ciudadanos de la UE. Se calcula que, el año pasado, 13 millones de personas se acogieron a los diversos programas nacionales”.
La participación de los Estados miembros en el Programa es voluntaria. La Comisión adopta un nuevo plan cada año. La ayuda se proporciona generalmente a distintas clases de personas que sufren de pobreza y, en concreto, a las familias en dificultades, a las personas mayores con recursos insuficientes, a las personas sin techo, a las personas discapacitadas, a los niños en peligro, a los trabajadores pobres, a los trabajadores migrantes y a los solicitantes de asilo. Los Estados miembros colaboran al efecto con las asociaciones caritativas o los servicios sociales locales.
Aunque la UE disfrute por término medio de uno de los niveles de vida más altos del mundo, algunas personas no tienen la posibilidad de alimentarse correctamente. Según las estimaciones más recientes, una media del 17 % de la población de la Unión Europea vive por debajo o en el límite del umbral de pobreza y, por consiguiente, sufre un déficit alimentario que no les permite, por ejemplo, tomar una comida equilibrada cada dos días.