Cuando las cosechadoras han hecho su trabajo en cerca del 60% de la superficie de Castilla y León, ASAJA ha presentado un informe sobre la campaña cerealista que apunta una producción total de 5.094.795 toneladas, cifra que estaría un millón de toneladas por debajo de la media alcanzada en la última década.
Este descenso, tal como ha explicado el presidente de ASAJA de Castilla y León, Donaciano Dujo, obedece a un retroceso de casi 200.000 hectáreas en las siembras, pero sobre todo a unos rendimientos irregulares, en una cosecha marcada por las irregularidades climáticas y abundancia de lluvias. Así, mientras el rendimiento medio de la última década por hectárea de cereal ha sido 2.883 kilos, en este 2010 se ha visto reducido a unos 2.674 kilos/ha.
Según las estimaciones de los servicios técnicos de ASAJA, que han elaborado un completo muestreo por las nueve provincias de la región, el saldo del valor real de la cosecha cerealista sería negativo, puesto que los gastos por hectárea han superado las previsiones de venta del grano. “Para una explotación de secano típica las pérdidas previstas tras restar los gastos de los ingresos sumarían cerca de 4.000 euros. Multiplicando el global de hectáreas de Castilla y León, estaríamos hablando de un total de 50 millones de euros los perdidos por los agricultores de la Comunidad Autónoma, que ven como campaña a campaña están produciendo a pérdidas”, denunció Donaciano Dujo.
La caída de los precios del cereal queda claramente demostrada al comparar que, mientras en 1986, año en el que España se integró en la Unión Europea, la cebada valía 23 pesetas y el trigo 30, hoy se paga la cebada a 19 y el trigo a 22 pesetas. Sin embargo, el kilo de pan se pagaba en 1986 a 105 pesetas, mientras que hoy cuesta 382 pesetas, y el gasóleo, por poner un único ejemplo de insumo, en 1986 costaba 46 pesetas y hoy está a 114 pesetas. “Es decir, que lo que vendemos está más barato que hace 25 años, mientras que lo que necesitamos para producir o lo que pagamos como consumidores ha triplicado o cuadriplicado su precio”, apuntó.
El líder de ASAJA recalcó que estas pérdidas no se ven compensadas por las ayudas PAC, “que no sólo no han subido desde que entramos en la UE, sino que además han quedado reducidas vía modulación. Sumando las pérdidas que soportamos al vender por debajo de costes, más el recorte de las ayudas, se comprueba que hoy estamos percibiendo un 24 por ciento menos de lo que recibíamos en 1992, cuando comenzaron los pagos compensatorios”, indicó.