La crisis económica sigue haciendo mella en el seno de las empresas y, pese a ello, sus esfuerzos por optimizar costes y mejorar la excelencia de sus procesos no se han visto mermados. Al menos así se deduce de la encuesta realizada por Adecco Outsourcing a 600 empresas del tejido empresarial español, en la que un 51,4% de ellas ha recurrido alguna vez a la externalización de servicios desde el inicio de la crisis para mejorar la productividad de sus procesos.
De estas 600, 50 pertenecen al sector de la Alimentación, donde el porcentaje de empresas que recurren al outsourcing es de 47,4%. Esto explicaría el fuerte impulso que el outsourcing ha sufrido en el último año en este sector, en el que sus servicios a empresas se han visto incrementados en un 15%, pasando del 41,2% de hace un año al 47,4% actual. Esto se debe a las fórmulas de flexibilidad y ahorro de costes que ofrece a las empresas, contribuyendo al aumento de su productividad y competitividad. Si bien es cierto que no existen momentos más propicios que otros para buscar la excelencia y la calidad, en circunstancias como las actuales un proceso de externalización se hace más esencial que nunca.
La externalización de servicios es un proceso que consiste en delegar la gestión de ciertas actividades que generalmente no afectan al núcleo duro de actividad de la empresa y que están dirigidas y controladas por una empresa de servicios que aporta los medios técnicos y humanos para la correcta realización del servicio subcontratado. Este proceso permite una mejora del rendimiento del negocio, de la calidad del proceso que se externaliza, así como la transformación de costes fijos en variables, el desarrollo estratégico frente a otras compañías del sector y el acceso a tecnologías especializadas.