En la actualidad, Oriente Medio y el Norte de áfrica ofrecen las mayores oportunidades de crecimiento para el mercado minorista internacional. Un total de ocho países de esta región se sitúan entre los primeros puestos del ranking Global Retail Development IndexTM (GRDI) 2010, aunque China e India se mantienen entre los primeros puestos.
Kuwait (2), Arabia Saudí (4), Emiratos árabes Unidos (7), Túnez (11), Egipto (13), Marruecos (15), Turquía (18) y Argelia (21) son los países de Oriente Medio y Norte de áfrica más prometedores gracias a una población mayoritariamente urbana, los estímulos fiscales que ofrecen estos mercados y los recursos energéticos de gran parte de la región que hacen que se minimizaran los daños producidos por la recesión económica.
“Debido a que tanto las empresas locales como las internacionales han comenzado a ampliar su presencia en Oriente Medio y el Norte de áfrica, se están produciendo numerosas asociaciones en la región, a través de modelos de franquicia, en parte fomentadas por las restricciones gubernamentales”, asegura José Ignacio Nieto, responsable del estudio elaborado por A.T. Kearney. “Algunos socios locales también han creado modelos de negocio basados en la franquicia de marcas internacionales para toda la región”.
Los 10 primeros países del ranking GRDI 2010 son una mezcla diversa de mercados grandes y pequeños: China, Kuwait, India, Arabia Saudí, Brasil, Chile, Emiratos árabes Unidos, Uruguay, Perú y Rusia.
China vuelve a ocupar el primer puesto, algo que no sucedía desde 2002 ya que el tamaño de su mercado continúa proporcionando grandes oportunidades. India, por su parte, cae a la tercera posición desde el primer puesto del año anterior.
Latino América, con una fuerte capacidad de recuperación frente a la recesión, cuenta con cuatro países entre los diez primeros del ranking GRDI. El aumento de la renta per cápita y la mejora del clima empresarial están atrayendo un mayor número de inversores, que cada vez más se orientan a formatos de distribución organizada.
A.T. Kearney, además, ha consultado a un total de 60 directivos de todo el mundo con el fin de identificar nuevas tendencias competitivas. China, India, Brasil y Rusia siguen siendo los mercados prioritarios. Para casi el 80% de los encuestados, al menos uno de estos mercados forma parte de sus planes de crecimiento internacional a corto plazo.
La expansión también es clave para muchas compañías de mercados emergentes. El 92% piensa invertir más allá de su mercado interno y un 30% considera, entre sus tres principales objetivos de expansión, introducirse en países desarrollados.
Caso español
En el mercado nacional, la decisión de abordar la aventura internacional es, en general, una combinación de tres factores: las características del mercado de origen, el atractivo observado en los mercados exteriores —factor que recoge nuestro índice GRDI— y la situación de la propia compañía.
Específicamente considerando el entorno alimentario en nuestro mercado existen factores que podrían invitar a los operadores mejor preparados a afrontar la aventura internacional, entre otros: El elevado grado de incertidumbre respecto a la coyuntura macroeconómica y la evolución del consumo, con el consiguiente impacto sobre el potencial de crecimiento del mercado español; el alto nivel de concentración que nuestro mercado está alcanzando —eso sí, aún menor que las de otros países de nuestro entorno— que también condiciona el potencial de seguir creciendo internamente; y la relativa saturación del mercado nacional que han alcanzado algunos operadores especialmente bien preparados
Por otro lado, nuestro mercado plantea algunos elementos que podrían hacer pensar que todavía queda recorrido antes de salir al exterior. En este sentido, la existencia de un elevado número de operadores regionales podría hacer pensar en una consolidación natural a futuro —lo que supondría de facto la desaparición de pequeñas cadenas y el aumento de los procesos de fusiones y adquisiciones—.
Según el estudio, los operadores que se planteen una aventura internacional deberán reunir algunas características esenciales, tales como disponer de un know-how aplicado a un concepto comercial de éxito demostrado que encaje con los mercados de destino, así como contar con una marca cuyo valor se extienda más allá de las fronteras nacionales. Adicionalmente, el efecto escala, la fortaleza financiera y una vocación claramente internacional serán factores claves para emprender la internacionalización.