El sector cárnico, formado básicamente por más de 3.000 pequeñas y medianas empresas repartidas por toda la geografía nacional ocupa con diferencia el primer lugar de toda la industria española de alimentos y bebidas, representando una cifra de negocio de 19.339 millones de euros, un 20% de todo el sector alimentario español, según la Confederación de Organizaciones Empresariales del Sector Cárnico de España (Confecarne).
Esta cifra de negocio supone prácticamente el 2% del PIB total español (a precios de mercado) y el 14% del PIB de la rama industrial, y el empleo sectorial directo de nuestras empresas, cerca de 90.000 trabajadores, representa igualmente algo más del 20% de la ocupación total de la industria alimentaria española.
La industria cárnica exporta por valor de más de 2.500 millones de euros anuales a mercados de todo el mundo con una balanza comercial muy positiva (tasas de cobertura superiores al 200%), un dato que muy pocos sectores económicos relevantes pueden presentar, y que contribuye a paliar el tradicional déficit comercial de nuestro país.
Durante 2009, la industria cárnica se enfrentó a una serie de dificultades de índole económica, financiera, comercial y administrativa, cuya evolución va a marcar, en buena medida, el desarrollo de su actividad en este año 2010. Y pese a todo, el sector ha encarado esas dificultades con cierta fluidez, en comparación con otros sectores alimentarios e industriales del país.
Consecuentemente con la acusada crisis económica, se han registrado descensos del consumo, tanto interno como en los mercados exteriores y, por tanto, de las producciones de carnes y derivados.
A falta de datos definitivos de producciones para todo el año 2009, con las proyecciones de las cifras ya disponibles se puede decir que el pasado año la producción española de carnes ha caído en las tres especies, si bien la carne de porcino, que sólo ha bajado un 5%, situándose en 3,3 millones de tm., junto a los elaborados, se han mantenido mejor que el vacuno y el ovino, que sí han sufrido más intensamente los efectos de la crisis en sus volúmenes, aunque por el contrario han defendido mejor los niveles de precios.
La industria cárnica va a continuar trabajando durante este año en las tres líneas estratégicas, eje exterior, eje tecnológico y de innovación y el eje de competitividad, que están fuertemente relacionadas entre sí, y que pueden permitir a las empresas encarar tanto el mercado nacional como las exportaciones con los niveles más adecuados de competitividad, salud financiera y rentabilidad, para satisfacer las demandas del consumidor y seguir creando riqueza y puestos de trabajo.