Los europeos están preocupados por la frescura y el componente saludable de los alimentos. De hecho, la mayoría considera que los alimentos serán menos frescos y saludables dentro de 10 años como resultado del aumento de la población y la producción masiva, tal y como revela un estudio internacional llevado a cabo por Puratos.
La investigación, denominada “Taste Tomorrow”, analiza las principales tendencias de consumo que van a marcar el mercado de la alimentación en los próximos años. “Los datos extraídos del estudio nos sirven para conocer mejor al consumidor y estar a la vanguardia de sus preferencias, para así poder detectar oportunidades de negocio y dar respuesta a sus necesidades y peticiones”, explica Jorge Grande, director general de Puratos Iberia.
En concreto, el trabajo revela que los consumidores están cada vez más interesados en incorporar ingredientes que perciben como saludables en su dieta diaria, como las fibras vegetales o los granos y las semillas en el pan, por ejemplo, y la fruta o frutos secos en los rellenos de pasteles y productos de bollería.
Paralelamente a estas tendencias, el estudio impulsado por la multinacional de productos, tecnologías y soluciones para el sector de la panadería, pastelería y chocolate, revela la creciente demanda del mercado por consumir alimentos producidos de forma ética y responsable. De hecho, al consumidor la interesa cada vez más conocer el origen y la historia detrás del producto adquirido.
Lo mismo ocurre con el proceso de elaboración. La mayoría de los participantes tiene la impresión de que los alimentos en 2030 se habrán producido de forma menos artesanal y, frente a esta creencia, demandan recuperar los métodos tradicionales, las elaboraciones hechas a mano y el uso de ingredientes naturales. Es más, cuatro de cada cinco encuestados reconoce estar dispuesto a pagar más por productos verdaderamente artesanos.
Finalmente, el estudio muestra cómo las empresas tienen que adaptarse cada vez más al consumidor y trabajar aspectos como la conveniencia y la comodidad, la presentación y la personalización de los productos.
“Así es, a los españoles y europeos nos interesa encontrar nuestros productos favoritos en cualquier lugar y en cualquier momento y poder consumirlos cuando y donde nos apetezca. Asimismo, cuando hacemos la compra queremos disfrutar del momento, en un ambiente agradable y que cuida la imagen de los productos y, sobre todo, valoramos muy positivamente poder adaptar los alimentos a nuestras necesidades personales para así obtener mejores beneficios”, destaca el trabajo.