Bornos Bodegas & Viñedos aterriza en Rioja Alta con la compra de Martínez Corta, una Bodega familiar ubicada en Uruñuela con amplia historia. De esta manera, con 600 hectáreas de viñedo, el grupo pasa a estar formado por siete bodegas y completa así su presencia en las principales zonas vinícolas del territorio nacional.
En palabras de su director general, Fernando Zaratiegui, “estamos muy satisfechos con esta nueva adquisición, con la que pasamos a tener presencia en la principal Denominación de Origen nacional a través de una Bodega, Martínez Corta, que ha tenido el amor por la viña y el cuidado en la elaboración de sus vinos como razón de ser desde sus orígenes, hace ya más de 50 años”.
El Grupo Vitivinícola, perteneciente al Grupo mexicano Multimedios, ya tenía presencia en Ribera del Duero (Bodegas Lleiroso y Dominio de Bornos), Rueda (Palacio de Bornos), Navarra (Señorío de Sarría), Toro (Orot) y Vinos de Finca (Guelbenzu).
Ubicada en Uruñuela, Martínez Corta es una emblemática Bodega enclavada en el corazón de la Rioja Alta. Una Bodega fruto del trabajo de una familia dedicada al mundo del vino desde hace cuatro generaciones. Fue la segunda generación, de la mano de Félix Martínez Marijuan, la que hace 50 años inició la elaboración de vino, hasta que en 2005 sus nietos acometieron la construcción de la nueva bodega con instalaciones adaptadas a la más avanzada tecnología, sin renunciar a las técnicas tradicionales de elaboración.
“Continuaremos con la labor realizada hasta ahora por Martínez Corta, manteniéndonos fieles a su historia y a su filosofía de cuidado máximo del viñedo, la elaboración y la crianza”, asegura Fernando Zaratiegui.
Las 80 hectáreas de viñedo familiar se encuentran ubicadas en una zona privilegiada, como es el Valle del Bajo Najerilla, lindando con Cenicero, entre los ríos Ebro y Najerilla, que aportan una particular humedad al ambiente, dotando a los viñedos de matices únicos que combinados con los factores topográficos crean unas situaciones climáticas especiales, con inviernos suaves y veranos cálidos y secos, marcando altos saltos térmicos entre el día y la noche en la época de maduración.
Además, la orientación sur de los viñedos garantiza el máximo aprovechamiento de la luminosidad, lo que unido a la equilibrada pluviometría da como resultado unas condiciones climáticas excelentes. Por su parte, el suelo es calcáreo y arcilloso, pobre y muy sano, lo que resulta ideal para el cultivo de la vid, asegurando cosechas de baja productividad y alta calidad.