El envasado activo se define como el envasado cuya función va más allá de simplemente contener el producto de forma pasiva, ya que también absorbe o libera sustancias para mejorar la frescura de los alimentos envasados o prolongar su tiempo de conservación y evitar así el desperdicio de alimentos debido a su deterioro.
Así lo revela el proyecto NanoPack, financiado con fondos europeos, que basa su solución en sistemas innovadores y activos de envasado de alimentos, o lo que es lo mismo, la nanotecnología.
Este proyecto de cuatro años, que comenzó en 2017, tiene como objetivo mejorar la seguridad alimentaria impidiendo el crecimiento de bacterias de los alimentos, lo que ayudará a prevenir las enfermedades provocadas por alimentos contaminados y el deterioro de los mismos. Los materiales que hacen esto posible son los llamados nanotubos de halloysita.
Estos nanotubos minerales naturales son incorporados en las películas de envasado de plástico, donde se fijan para que no entren en contacto con los alimentos. Cada nanotubo contiene aceites esenciales naturales, extraídos de plantas como el orégano y el tomillo, que se liberan poco a poco en forma de vapor desde la película del envase hacia la cámara de aire. Gracias a sus propiedades antimicrobianas, ralentizan el crecimiento de las bacterias y el moho que echan a perder los alimentos. Se espera que las películas de envasado de NanoPack que se están desarrollando en la actualidad prolonguen el tiempo de conservación de los productos perecederos hasta un 25%.
Actualmente, el proyecto NanoPack está realizando ensayos piloto. Estos ensayos incluirán todas las fases de la producción de envases en cadenas piloto de producción para determinar si los productos de NanoPack son viables desde un punto de vista comercial e industrial.