Un nuevo informe del Tribunal de Cuentas Europeo recoge que el sistema de control de productos ecológicos ha mejorado en los últimos años, pero persisten algunas dificultades. Así, señala que son necesarias medidas adicionales para subsanar las insuficiencias que siguen existiendo en los Estados miembros y mejorar la trazabilidad de los productos.
La organización resalta que, uno de los puntos críticos en donde se debe mejorar es en los controles a los productos ecológicos importados, que siguen siendo incompletos. De entre los varios países sondeados para la elaboración del informe, en el caso de España se han realizado exámenes documentales y entrevistas por videoconferencia con representantes de Andalucía, tal como recoge Unión de Uniones.
Asimismo, los auditores remarcan que los precios que pagan los consumidores por los productos con etiqueta ecológica de la UE a veces son considerablemente más elevados que los de los productos convencionales y que la gran mayoría de productos ecológicos consumidos en la UE se producen en dentro de nuestro territorio.
Por otro lado, el Tribunal considera que al no existir pruebas científicas que sirvan para determinar si un producto es ecológico o no, adquiere una vital importancia para garantizar a los consumidores que los productos ecológicos que compran lo son realmente, el disponer de un sistema de control sólido y fiable que abarque toda la cadena de suministro, desde los productores a las empresas del sector alimentario, los importadores y los distribuidores.
El sector ecológico de la UE ha crecido con rapidez desde que el Tribunal de Cuentas hiciera su anterior informe en 2012 y lo que se ha constatado con el de ahora es que el sistema de control de la UE de la producción, transformación, distribución e importación de productos ecológicos ofrece en la actualidad mayores garantías a los consumidores y que se han implementado en general sus anteriores recomendaciones.
Los Estados miembros auditados previamente han tomado medidas para mejorar sus sistemas de control y la Comisión ha reanudado sus propias visitas de control, habiendo inspeccionado la mayoría de los Estados miembros. Sin embargo, siguen existiendo algunas insuficiencias, como por ejemplo, que la aplicación de medidas de ejecución para sancionar los casos de incumplimiento no se ha armonizado en toda la Unión, así como la lentitud de las autoridades y órganos de control de los Estados miembros en la comunicación de dichos incumplimientos.
A Unión de Uniones le parecen especialmente interesantes las conclusiones y recomendaciones del Tribunal de Cuenta en relación al control de los productos ecológico importados. Así, resalta que “pese a que la mayor parte del consumo de la UE se abastece con nuestra propia producción, en 2018, la UE importó productos ecológicos de más de 100 países terceros. En realidad las autoridades europeas no certifican estos productos que vienen de fuera, sino que se permite su entrada como ecológicos sobre la base considerar que el trabajo de sus organismos de control es equivalente al de los de la UE”.
En todo caso, los auditores han constatado que la Comisión, en estos años, ha comenzado a visitar órganos de control en los países exportadores de productos ecológicos a la UE. Hasta la fecha, esta medida ha abarcado los sistemas que se aplican a aproximadamente un tercio de las importaciones certificadas por organismos de control equivalentes.
“No obstante, para la Comisión es complicado supervisar los organismos de control equivalentes en otros países fuera de la UE y, además, cuando la Comisión identifica insuficiencias, se puede tardar un tiempo considerable en subsanarlas en todos los organismos de control que operan en esos países”, explica Unión de Uniones.
También los auditores han apreciado insuficiencias en los controles efectuados por los Estados miembros de los envíos entrantes y confirmaron que, en algunos Estados miembros, los controles realizados por los órganos de control a los importadores seguían siendo incompletos.
Recomendaciones
Por último, en el diagnóstico realizado, el Tribunal realizó igualmente un examen de la trazabilidad de los productos ecológicos, concluyendo que, pese a las mejoras observadas en los últimos años muchos productos no pudieron rastrearse hasta el productor agrícola y en algunos casos el ejercicio de trazabilidad duró más de tres meses.
A la vista del informe, el Tribunal de Cuentas ha recomendado que se realicen una serie de cambios en tres aspectos concretos, que deberían implementarse de cara a 2020: subsanar las insuficiencias que persisten en los sistemas de control y en la presentación de informes de los Estados miembros; mejorar la supervisión de las importaciones mediante una mejor cooperación y realizar controles de trazabilidad más completos.
Unión de Uniones considera que, en general, el informe pone de relieve el excelente trabajo y el compromiso de los agricultores y ganaderos ecológicos de la Unión Europea, que está sujetos a un sistema de controles que acredita la calidad de su producción y el respeto a las normas ecológicas y exige “que el mismo rigor que se aplica a nuestras explotaciones se exija también a los productos importados y que se etiquete la procedencia de los mismos, para que los consumidores tengan todas las garantías de que un producto etiquetado de ecológico realmente lo es y para que también puedan decidir responsablemente tomar con sus decisiones qué modelo quieren apoyar”.