A pesar de que los españoles se muestran preocupados por el impacto que supone el derroche alimentario, el 94% confirma que sigue tirando comida a la basura. Eso sí, aunque un 40% señala que desperdicia comida con mucha asiduidad y sin miramientos, otro 54% reconoce que trata de reducir sus desperdicios y solo desecha comida ocasionalmente.
Así lo revela una encuesta sobre “Sostenibilidad en casa y alimentación” realizada por Too Good To Go, la app que lucha contra el desperdicio de alimentos y recoge que seis de cada diez españoles considera que el derroche de comida es un problema medioambiental con consecuencias graves para el planeta. En cambio, al preguntarles por su forma de actuar ante esta circunstancia sólo un 6% de los encuestados reconoce que nunca tira comida a la basura.
El desperdicio de alimentos se encontraría entre los cinco problemas medioambientales que más inquieta a los españoles, ocupando el quinto puesto de un ranking liderado por el calentamiento global, la contaminación del aire, los residuos plásticos y la contaminación del agua.
“Esto significa que poco a poco los españoles estamos más concienciados pero el hecho de que aún solo haya un 6% que reaprovecha la comida o adapta su consumo para no tirar nada a la basura nos dice que queda mucho por hacer”, comenta Oriol Reull, director de Too Good To Go en España.
En el ámbito doméstico es donde desperdician más comida, según el 58% de los consultados. Entre las razones más frecuentes de tanto desperdicio un 40% destaca que el producto ha superado la fecha de caducidad o consumo preferente y por ello es descartado. Otro de los motivos es el que señalan dos de cada diez que asumen el error de cocinar siempre de más y no terminarse luego la comida que hay en el plato, junto a un 15% que tira la comida porque no sabe cómo reaprovechar las sobras o un 12% que reconoce que al ir al supermercado siempre compra más de lo que necesita y al final tiene que acabar tirando mucha comida.
Entre los alimentos que más se desperdician destacan en primer lugar los huevos (15%), la carne (14%), los lácteos (13,8%) y el pescado (13,8%) según los encuestados. Por el lado contrario, fruta y verdura (9,8%); platos cocinados (11%); y el pan, la pasta y la bollería (11,3%) serían los que en menor medida van a parar a la basura.
Pero el hogar no es el único sitio donde se detecta este problema personal de despilfarro. Un 29% señala que salir a comer a un restaurante y no comerse todo lo que hay en el plato es muy habitual, seguido del 8% que asegura que tiene que tirar comida que le sobra en el tupper que lleva al trabajo.
“El desperdicio de alimentos es hoy un gigante que agota recursos naturales para producir comida que luego no se consume y provoca enormes cantidades de emisiones de CO2. Esto supone una amenaza real para el planeta y por ello es muy necesario que administraciones públicas y empresas de alimentación desarrollen campañas y medidas de concienciación para evitar que se convierta en un problema mayor como lo es hoy el plástico”, comenta Reull.
Por último, un 88% de los encuestados plantea que es necesaria una ley que regule el desperdicio de alimentos para que los establecimientos no tiren comida a la basura.