Las empresas que utilizan robots “facturan más, exportan más, son más eficientes y, por lo tanto, mejoran la productividad”, tal y como destaca Joan Torrent, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que recuerda que en la actualidad, casi el 40% de la industria española utiliza robots.
Asimismo, explica que “para poder hablar de un nuevo ciclo económico, la robótica debería estar ya presente al menos en la mitad de las empresas de la industria española”. No obstante, según las previsiones de la Federación Internacional de Robótica (IFR), en el año 2020 la industria mundial utilizará más de 2,5 millones de robots, a un ritmo de crecimiento anual que superará el 10% y con un número de unidades que duplicará los robots que había a comienzos del año 2010.
Sin embargo, ante este paradigma existe cierto miedo del impacto que estas nuevas tecnologías pueden tener en la productividad y el trabajo de las empresas. A este respecto, Torrent asegura que los avances tecnológicos y la introducción de mejoras que facilitan el desarrollo deben ser, sin duda, aliados de las empresas. “La robótica tendrá un efecto positivo asegurado en las empresas que tengan desarrollada toda la parte relacionada con la investigación y la innovación, así como en aquellas que hayan incorporado las novedades de la primera ola tecnológica”, explica en el estudio “Conocimiento, robótica y productividad en la PYME industrial catalana: evidencia empírica multidimensional”.
En ese sentido, el profesor apunta que ante este panorama aumenta la preocupación por el futuro de los puestos de trabajo. Sin embargo, el expertos explica que “la tecnología no destruye el trabajo, sino que sesga habilidades y destrezas, y desplaza tareas, trabajos, empleos y personas”. No obstante, reconoce que “a medida que crece la utilización de la robótica, el número de trabajadores disminuye más rápidamente que el número de empresas que no la utilizan”.
Un informe de la Universidad de Oxford apunta que el 36% de los puestos de trabajo españoles están en riesgo de digitalización. “Estamos observando que la robótica y la inteligencia artificial desplazan los trabajos de tramos y cualificaciones medios, mientras que las personas que realizan trabajos de la franja baja o alta no tendrán tantos problemas para coexistir con ella”, razona Torrent. Sin embargo, el profesor explica que “este tipo de tecnologías acaban dando lugar a nuevos perfiles profesionales, aumentan los salarios de la gente y crean nuevos puestos de trabajo, que suelen compensar, en general, los que se pierden con la gente que queda desplazada”.
Hoy día, gracias a los nuevos medios y a las redes sociales, la gente tiene la posibilidad de colgar todo tipo de contenidos en internet y esto ha dado lugar al establecimiento de plataformas de comunicación entre individuos que hacen que la gente pueda intercambiar bienes y servicios de todo tipo. De hecho, según el Flash Eurobarometer 467, el 23% de los europeos ya han utilizado servicios mediante las plataformas de economía colaborativa, la mayoría en los sectores del turismo y del transporte.
Torrent apunta que las tecnologías de la segunda ola digital tienden a la convergencia mediante relaciones de complementariedad. “Cada vez es más habitual que las plataformas de movilidad utilicen mecanismos de geolocalización (Google Maps) y chatbots (algoritmo de inteligencia artificial) para saber las necesidades de los usuarios”, ejemplifica el profesor.
Esta relación, añade, también se produce al revés, ya que, por ejemplo, “la robótica social (como el humanoide Pepper) utiliza la información que las personas suministran a las redes sociales o profesionales para conocer su estado de ánimo a partir del reconocimiento de rasgos del carácter mediante la expresión del rostro”.