El Gobierno de Castilla-La Mancha ha conseguido regularizar, gracias al trabajo desarrollado con la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), la harina de almortas, base de las gachas manchegas, autorizándose su consumo humano ya que, hasta el momento, solo podía venderse para consumo animal, como pienso.
Aecosan ha admitido la propuesta realizada por el Gobierno de Castilla-La Mancha para que la harina de almortas se pueda utilizar para elaboración de gachas “que se consumen de manera moderada, por cualquier persona”, asegura Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.
Se trata de un producto que según el consejero han consumido los agricultores de “esta tierra desde “siempre”, “gente humilde que iba al campo y se esforzaba por sacar adelante Castilla-La Mancha”.
Las gachas, ha explicado, “son un plato excelente de la gastronomía castellano-manchega” y ahora, con este logro fruto del esfuerzo del Ejecutivo regional y su compromiso con los productores de esta harina y la gastronomía castellano-manchega, se podrá vender en los lineales de distribución como un producto “apto para el consumo”.
En la región se cuenta con tan solo 550 hectáreas de cultivo y 330 toneladas de este producto al año y, aunque “no es el sector más importante”, ha indicado Martínez Arroyo, supone un “complemento de renta para muchos agricultores y la reivindicación de la gastronomía castellano-manchega”.
Ahora, con su regularización para el consumo humano, se vaticina un incremento de su venta y el acceso del consumidor al mismo en los lineales.