El consumo total de productos pesqueros se ha reducido en un 12,2% en el periodo 2013-2017, lo que equivale a un descenso de 3,4 kilogramos por habitante, según recoge el informe “Estructura del consumo de pescado en España” realizado por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Coruña (UDC), Fernando González Laxe y publicado en el Boletín Económico de ICE.
El estudio señala que el origen de este descenso se encuentra a los profundos cambios que se están produciendo en los hábitos de consumo y de vida. Así, afirma que “la demanda de los productos pesqueros ha experimentado cambios muy notables en los últimos años, a la vez que todas las cadenas pesqueras de comercialización y distribución afrontan innovadoras formas de comunicación y de promoción”.
En concreto, el consumo de pescado fresco sigue siendo el de mayor peso en el total de la ingesta alimentaria española, representando el 45% del total. Además, España se posiciona como el país de la UE con mayor consumo de pescado fresco en todos los hogares comunitarios, con un total de 480.826 toneladas, resultantes de un gasto de 3.724,2 millones de euros en términos de valor. Así, se consume un total de 10,54 kilogramos por habitante al año, en 2017, de pescado fresco, lo que supone un ligero descenso respecto de años anteriores. En concreto, -1,7 kilogramos por habitante al año respecto al periodo 2013-2017.
Por su parte, la demanda de pescado congelado sufre una caída del 0,6 kilogramos por habitante al año en los últimos cuatro años (pasa de 3,1 a 2,5 kilogramos por habitante al año), lo que se traduce en una disminución del peso de dicho producto en la cesta de la compra (desciende al 10,5% del total y sus gastos también retroceden hasta el 9,3%).
Del mismo modo, los consumos de mariscos, moluscos y crustáceos experimentan una disminución, ya sea en su modalidad de congelados, frescos o cocidos. Sus niveles de consumo se rebajan hasta los 2,18, 3,52 y 0,57 kilogramos por habitante al año, respectivamente, siendo los mariscos, moluscos y crustáceos frescos los que más descienden.
Asimismo, la demanda de conservas de pescados continúa aportando datos positivos en lo tocante al consumo de los españoles. Se registra un aumento de su ponderación en el total del consumo (pasa del 15% al 18,6% del total) y sus niveles de consumo per cápita aumentan de 4,1 a 4,42 kilogramos por habitante al año para el periodo 2010-2017.
Las especies más consumidas continúan siendo la merluza, el bacalao y salmón, aunque el informe destaca un descenso en lo que atañe a la demanda de las dos primeras y un aumento muy notable de la tercera. No obstante, en los últimos cinco años apenas se aprecian cambios significativos en las preferencias de los españoles, salvo la irrupción de los productos procedentes de la acuicultura, como la dorada, la lubina o el rodaballo.
En cuanto a la distribución de los productos pesqueros atendiendo a los canales de distribución, tanto los supermercados como las tiendas tradicionales suman el mayor porcentaje de las cuotas de mercado. Hay que destacar que en el caso de los productos frescos son los supermercados, con el 48,9%, seguido de las tiendas tradicionales, con el 33,8%, los que más comercializan. En lo que respecta a los pescados congelados, las diferencias son más acusadas: el 54,3% para los supermercados y el 19,9% para las tiendas. Y, en el caso de las conservas, los supermercados agrupan al 52,2% de las ventas y las tiendas de descuento le siguen con el 17,8%, siendo las tiendas tradicionales las que ofertan solamente el 4,1%.
Respecto al precio de los productos pesqueros, las tiendas tradicionales ofrecen el producto a mayor precio que los supermercados, hipermercados o tiendas de descuento. Los más baratos para los productos frescos y congelados son los supermercados. Y para las conservas, las tiendas de descuento. La modalidad de e-commerce todavía es muy reducida y no llega a contabilizar una oferta más favorable para el consumidor.
Por último, el informe recoge que si bien el consumo de pescado per cápita desciende, el gasto per cápita que destinan los habitantes españoles a los productos pesqueros también ha disminuido, aunque más levemente. Una reducción total de seis euros a lo largo del periodo 2013-2017, alcanzando la cifra de 196 euros por habitante en 2017, cuando en 2013 se registraba un gasto per cápita de 202,9 euros por habitante, por mor de una modificación de los hábitos de consumo que no llegan a compensar la ligera subida de ciertos precios de productos pesqueros.
Así, el total de gasto en los hogares de los productos pesqueros supuso en 2017 un total de 8.971 millones de euros, un 2,3% más bajo que la cantidad gastada en 2013, aunque superior a los tres ejercicios anteriores, rasgo que permite afirmar que la cuota de gasto alimentario personal destinado a los productos pesqueros se mantiene muy estabilizada en torno al 13,3%.