La Comisión Europea ha aprobado este lunes, bajo el Reglamento de Fusiones de la UE, la adquisición de la firma israelí de refrescos caseros SodaStream por el gigante estadounidense PepsiCo, tras concluir que la operación no plantearía problemas de competencia en el espacio económico europeo ni en una parte sustancial del mismo.
El ejecutivo comunitario investigó también posibles problemas de conglomerados debido a la actividad de PepsiCo. Sin embargo, la Comisión concluyó que los efectos de conglomerado son “poco probables” debido a las características específicas de los productos, que están diseñados para funcionar con todas las alternativas ofrecidas por los competidores.
La multinacional PepsiCo informó el pasado mes de agosto que había llegado a un acuerdo para la adquisición de SodaStream por un total de 3.200 millones de dólares, operación que será financiada con el efectivo de la compañía norteamericana.