Los consumidores hoy en día exigen a las marcas que sean honestas, les ofrezcan toda la información posible en sus decisiones de compra, tomen partido por ciertas causas y, además, les ayuden a consumir lo justo, ni más ni menos.
De este modo, se están convirtiendo en un consumidor mucho más exigente con las marcas, tal y como se ha expuesto durante el evento “Brandfulness, el nuevo reto de las marcas: la responsabilidad 360º”, organizado por GfK y en el que participaron expertos del sector.
Así, Ileana del Río, Qualitative Research Manager de GfK, y Moira Tesser, Consumer Goods Business Manager, explicaron cómo es el consumidor de hoy en día y cuáles son las principales motivaciones a la hora de adquirir productos y servicios alineados con sus valores. Si hace dos años, el estudio global Consumer Life mostraba que la salud y el bienestar suponían el principal factor para una buena vida, en 2018 los datos señalan que esa búsqueda del bienestar se extiende más allá de la esfera puramente individual y camina hacia lo colectivo y lo social, explicaron.
Esto obliga a las marcas a abordar y desarrollar una ética holística en toda su cadena de valor: la sostenibilidad de los materiales y procesos de producción, la equidad en las condiciones laborales, el control de la huella de carbono en la cadena de distribución o disminuir el uso de plástico, no sólo en envases, sino también en la última milla a los hogares. Es el camino hacia el consumo consciente donde se adquieren productos y servicios a marcas responsables, es decir Brandfulness.
“El consumidor cubrirá sus necesidades siempre teniendo en cuenta el impacto que su propio consumo tiene sobre la naturaleza y sobre otros seres. Desde la perspectiva del consumidor se trata de tomar decisiones con toda la información posible y hacerlo de manera racional y responsable. Lo que implica para las marcas un notable ejercicio de transparencia de todos sus procesos y acciones”, explicó Ileana del Río.
GfK dispone de un modelo de segmentación global basado en valores, que permite identificar conjuntos de personas con una perspectiva similar de la vida: hedonistas, tradicionalistas, aspiracionales, auténticos, protectores, supervivientes y social racionalistas. Precisamente, este último es el segmento de consumidores más numeroso en España, el que tiene mayor peso, y el que más ha crecido en los últimos años 10 años (de un 13% en 2008 a un 24% en 2018). Sus principales valores son: la responsabilidad social, la tolerancia, la igualdad, el conocimiento, el aprendizaje y una mentalidad abierta.
Esto es algo que se refleja también en los resultados que aporta el estudio GfK Consumer Life. Con respecto a 2014, hoy en España están en alza valores que destacan el compromiso con el entorno: “preservar el medio ambiente” con un 65% crece nueve puntos respecto a 2014; “estar en sintonía con la naturaleza” asciende hasta el 53% tras un crecimiento de cinco puntos desde 2014 y “me siento culpable cuando hago algo que no respeta el medio ambiente” se incrementa siete puntos respecto a 2014, pasando del 34% al 39%.
También crecen otros valores como la responsabilidad social (+8 puntos del 37% en 2014 al 45% en 2018) o la igualdad (+7 puntos hasta el 68% en 2018) o la tolerancia social (+3 puntos, hasta un 63% en 2018). “El consumidor consciente se da cuenta de que con sus actos de consumo del día a día puede cambiar el mundo y construir algo grande”, señaló Moira Tesser, que apuntó que “más del 90% de los consumidores opina que existe una responsabilidad compartida al 50% entre ellos y las marcas en la protección y el cuidado del medioambiente, así como en la defensa de las causas sociales”.
De este modo, el consumidor sabe que con su conducta puede cambiar las cosas y exige a las marcas honestidad, información para poder elegir, ayuda para consumer lo justo y tomar partido en ciertas causas.“Para las marcas es el momento de pasar de la misión y visión al manifiesto. Las marcas tienen hoy un nuevo reto, deben ser y mostrarse plenamente responsables, ofreciendo productos y servicios alineados con el consumidor. Sin impactar en el precio. Sólo entonces se convierten en marcas con significado, son Brandfulness”, concluyó Ileana del Río.
Autenticidad, transparencia y valor para el consumidor
Por su parte, Paloma Castiñeira, Strategy Director de FutureBrand, ha instado a las marcas a aprovechar la confianza que hoy en día les dan los consumidores, por encima de instituciones, medios de comunicación o redes sociales. “La marca es un activo para las empresas por el poder que les están otorgando los consumidores. Por eso, el Brandfulness debe estar no sólo en los departamentos de marketing, sino en toda la empresa”, señaló.
Y ha mostrado cinco claves a la hora de construir una marca sostenible: apostar por el largo plazo y analizar la estrategia de negocio hacia la que se dirige la empresa; desarrollar un relato incluyente, hay que implicar a las nuevas generaciones en la conversación y co-creación de la marca; reforzar el storytelling para que toque la fibra del target y dejar atrás el relato genérico; pasar de ser una marca impersonal a una marca auténtica más responsable y transparente y convertirse en marcas que ofrezcan una experiencia fluida y conectada con el consumidor.
“Hoy tenemos un inmenso potencial para que las marcas sean relevantes y consigan generar más engagement. Las marcas sostenibles no nacen, se hacen. Tengamos por tanto en cuenta que cuando apelamos a la mente y al corazón de las audiencias, creamos valor para la marca”, finaliza.