El consumo de frutas y hortalizas frescas en los hogares españoles en los ocho primeros meses del año ha retrocedido un 1% con relación al mismo periodo de 2017, alcanzado la cifra de 5.155 millones de kilogramos.
Este retroceso es causa principalmente del descenso del consumo de frutas, con un 3% menos y de la patata, con un 4% menos, mientras que el consumo de hortalizas se recupera, con un 2,5% más, según los datos del Panel de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El gasto crece un 3%.
El consumo de frutas en los hogares de enero a agosto de 2018 descendió un 3%, sumando 2.795 millones de kilogramos, con descensos de un amplio abanico de frutas como naranja (-1%), manzana (-8%), melón (-2,6%), sandía (-11,5%), y las frutas de hueso, con un 15% menos en el caso del melocotón, un 2,5% menos en albaricoque y un 27% en ciruela. También retrocede la uva, el kiwi y el limón. Crecen mandarina, plátano, cereza y fresa.
La patata también ha registrado un continuo retroceso en la demanda de los hogares, con un 4% menos y 614 millones de kilogramos en el periodo analizado, mientras que el conjunto de las hortalizas crece, un 2,5%, totalizando 1.746 millones de kilogramos, destacando el mayor consumo de tomates, con 409 millones de kilogramos (+1,8%), cebollas con 214 millones de kilogramos (+1%) y pimientos con 144 millones de euros (+6%).
El gasto ha crecido en el conjunto del sector hortofrutícola, con un 3% más y 7.823 millones de euros. El gasto en frutas se ha incremento un 4,2%, sumando 4.296 millones de euros, en hortalizas un 2%, situándose en 3.064 millones de euros, mientras que en patata ha retrocedido hasta 463 millones de euros (-3%). El consumo per cápita se sitúa en 167 kilogramos, de los que 90,3 kilogramos corresponden a frutas, 56,2 kilogramos a hortalizas y 20,5 kilogramos a patata.
El descenso del consumo de frutas y hortalizas es una constante de los últimos años, lo que genera preocupación en el sector agrupado en Fepex. Los últimos datos, además, se enmarcan dentro de un descenso generalizado de la demanda de alimentos en los hogares.