La empresa Doñate Trufas ha inaugurado en Sarrión (Teruel) sus nuevas instalaciones que permiten procesar mayores cantidades de producto en un menor tiempo, reduciendo el tiempo de trabajo de la trufa lo que permite expedirla antes dando más tiempo para el consumo.
Para la compañía, que cuenta ahora con un nueva nave de unos 300 metros cuadrados, estas instalaciones suponen un gran salto cualitativo para la empresa con espacios de trabajo adaptados a las particularidades de la trufa, y diseñadas para que tanto el personal como el producto estén en las mejores condiciones.
A la inauguración asistieron representantes del ayuntamiento de Sarrión, la Asociación de Truficultores de Teruel, la Asociación empresarial Gúdar-Javalambre y varias de las familias que confían en Doñate Trufas para la comercialización de su cosecha de trufas, todos ellos del sur de Teruel y el interior de Castellón.
Dirigida por Manuel Doñate, de 32 años, Doñate Trufas da un paso más ante el aumento de presencia en el mercado internacional. “Para poder abastecer a los clientes en tiempo y forma, necesitábamos aumentar nuestro rendimiento de trabajo. Por eso, era necesario reubicar las instalaciones y replantear el lineal de trabajo para ser más productivos”, explica.
Durante los primeros años de la empresa las ventas de Tuber Melanosporum se realizaban a granel con un triaje mínimo. Poco a poco, la demanda de trufa fue creciendo y generando nuevas necesidades con un denominador común: aumentar la capacidad productiva. “Así nace la idea de invertir en una nueva instalación que permita disponer de espacios de trabajo adaptados a las nuevas particularidades de la trufa para que, tanto el personal como el producto, estén en las mejores condiciones”, añade Doñate.
Además de las zonas propias de entradas y salidas de producto, refrigeración o conservación, cabe resaltar la zona de recepción de proveedores que traerán su mercancía. En este espacio se espera “ofrecer un ambiente cómodo para que los truficultores puedan tener un momento de conversación con otros compañeros cuando, en los días de mercado y de entrega de cosecha, se junten en las instalaciones de Doñate Trufas. Este espacio tiene la misión de ser un punto de intercambio de experiencias del campo y que ayude a los truficultores a mejorar con el fin de seguir desarrollando el sector de la trufa en Teruel”, explica la compañía.
Por otro lado, perfeccionar el procesado de trufa fresca permite llegar al cliente con mejores condiciones, favorece que el producto tenga mayor tiempo de conservación, una mayor satisfacción de los clientes y facilita procesar mayores cantidades de producto en menor tiempo. “Los nuevos procesos harán posible un mayor tiempo de consumo antes de la caducidad que permitirá introducir la trufa a aquellos consumidores que no la compran actualmente por su breve tiempo de vida. Es decir, nuevos mercados para no consumidores de trufa fresca”, valora Manuel Doñate.
La inversión en maquinaria, equipos e instalación está orientada a mejorar el procesado de trufa como el producto agrícola por excelencia de la comarca Gúdar-Javalambre. Tal y como explica Manuel Doñate “hay que entender las mejoras en un amplio sentido: desde el aumento de ventas, incremento de la capacidad productiva, dar a conocer el producto aragonés en el exterior, etc”.
España tiene una superficie de 10.000 hectáreas dedicadas a la trufa negra, Tuber Melanosporum -una de las especies culinarias más apreciadas- de las que Teruel, con un total de 6.000 hectáreas, es el mayor productor a nivel mundial. Su cultivo se localiza principalmente en la comarca de Gúdar-Javalambre siendo Sarrión el punto central de esta actividad, hecho por el que se conoce como la capital mundial de la trufa.