Tras los resultados presentados ayer, Antonio Hernando, presidente de Ebro Foods, asegura que las causas del descenso del beneficio durante los nueve primeros meses se debe al crecimiento de los costes de las materias primas y el packaging, así como el alza del transporte y el negativo rendimiento de su negocio arrocero en América.
"Estamos teniendo un año bastante complicado después del ejercicio de 2017, que fue un año con resultados récord", asegura Hernando. Una de las causas de este descenso es el incremento de los precios en las materias primas y los envases, con una repercusión superior a los 34 millones de eurosxperie.
La subida del petróleo en Estados Unidos y de los sistemas de seguridad aplicados a los camiones han duplicado el precio del transporte en Estados Unidos lo que ha repercutido en el negocio arrocero de Ebro en torno a los 10 millones de euros y de 15 millones de euros en el área de la pasta.
En definitiva, Ebro ha experimentado "unos extracostes de 70 millones de euros con respecto a 2017", explica el presidente de la compañía.
Otros aspectos que también han perjudicado el rendimiento de Ebro son la dificultad de encontrar personal cualificado para trabajar en sus plantas de Estados Unidos, así como el aprovisionamiento de materia prima ante una eventual sequía que iba a tener lugar el año pasado "y que al final no se produjo".
Además, la ola de calor que tuvo lugar en el norte de Europa, ha repercutido también en el negocio de la pasta, perdiendo volumen.
Hernando asegura que el precio de las materias primas ha vuelto a bajar y se está llevando a cabo una reestructuración de las fábricas de Estados Unidos, prescindiendo de la parte del negocio que "no da la rentabilidad necesaria".
De este modo, Hernando explica que "empezamos el año 2019 con una situación infinitamente mejor, dotados de materias primas a un precio razonable, compensando la subida de precio en packaging y reestructurando fábricas".