Se estima que entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico acaban en los océanos. De ellos, el 49% son plásticos de un solo uso, lo que podría provocar que en 2050 haya más plásticos que peces en los océanos, según una estimación de la Fundación Ellen Macarthur.
Para evitar que estos desechos sigan contaminando el mar y ensucien las playas, la comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea aprobó el 10 de octubre las nuevas reglas que hacen frente a los nueve principales productos plásticos de un solo uso hallados en las costas europeas. éstos, junto a los artes de pesca abandonados, representan el 70% de la basura marina.
Los plásticos no sólo contaminan las costas, sino que también afecta a toda la fauna marina. Los animales se enredan en ellos y confunden los fragmentos más pequeños con comida, lo que puede provocar su intoxicación y acabar con su vida. Los seres humanos, debido a la cadena alimentaria, también ingieren este material, aunque las consecuencias para su salud aún no están determinadas.
Además, los desechos marinos provocan pérdidas económicas en los sectores dependientes del mar y en la producción, en general: en la economía permanece sólo alrededor de un 5% del valor de los envases plásticos. El resto acaba en la basura, lo que confirma la necesidad de avanzar hacia un planteamiento más circular.
La forma más efectiva de atajar este problema es evitar que los plásticos se viertan en el océano. Los plásticos de un sólo uso, como cubiertos, botellas, pajitas, bastoncillos de algodón o los filtros de los cigarros, son responsables del 50% de la contaminación marina.
La comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo propuso prohibir los plásticos de usar y tirar cuando existan otras alternativas. Se trata de nueve productos: cubiertos (tenedores, cuchillos, cucharas, palillos) y platos, bastoncillos de algodón, pajitas, agitadores de bebidas y palitos destinados a sujetar globos.
La propuesta de la eurodiputada liberal belga Frédérique Ries también incluye disminuir el consumo de envases de alimentos y recipientes para bebidas, así como obligar a las empresas de embalaje a cubrir los costes de la recogida, limpieza de la contaminación. Garantizar que el 90% de las botellas para bebidas se recojan de aquí a 2025, a través de sistemas de retorno; etiquetar las compresas y tampones higiénicos, las toallitas húmedas y los globos de plástico, y concienciar sobre la importancia del reciclaje son otras de las medidas de la comisión de Medio Ambiente.